Cama tomada: “No tenemos dónde hacerlo”

Si el ritmo sexual con tu pareja está decreciendo, planteate si lo que falta es espacio físico... o mental.

Con tantas responsabilidades, las tareas pendientes en casa y tus hijos pululando a toda hora, a priori parece imposible meter algo más en tu agenda. Pero hay una certeza que subyace a la montaña de coartadas para evadir el encuentro sexual, y es que sin sexo no hay pareja. El truco está en ser conscientes de esto para reconectar esos hilos invisibles que alguna vez nos unieron y retomar el lenguaje de cuando éramos novios.

 
Foto: Ilustración de Majox

¿Muy ambicioso? Sí, claro. Pero a nadie le gustan esos viernes en que organizás todo para pasarla bien (ubicás a los chicos, pedís sushi temprano) y terminan los dos palmadísimos en el sillón mirando una serie. Para la excusa de la falta de espacio, la primera clave es revisar los pretextos y después aprender las estrategias, porque -te adelantamos- si te las ingeniás, tenés dónde hacerlo, tenés cuándo hacerlo y -si hay sentimientos- la situación es muy fácil de revertir.

LA CASA ES CHICA, LA CAMA ES GRANDE

“Si están los chicos, en casa no se puede” es uno de los clásicos. Es lógico: no todas las familias tienen un ambiente para cada integrante, y en muchas casas se comparte habitación, especialmente si hay un bebé, que -ya sea por convicción o porque no queda otra- se mete en la cama grande. Cualquiera podría decirte: “Es muy chiquito y no se da cuenta”, pero que sientas inhibición es totalmente natural. También, a muchas parejas con espacio propio les cuesta cerrar la puerta del cuarto porque creen que los chicos se van a dar cuenta. ¡Excusaaas!

 
Foto: Ilustración de Majox

Por regla general, el cuarto matrimonial tiene que conservar cierto grado de intimidad. La explicación es simple: “Papá y mamá están juntos, y este es su cuarto”. No maquines ni trates de pensar en lo que se les cruzará por la cabeza a los chicos, porque ellos ni se enteran de lo que ustedes hacen cuando la puerta se cierra. Si ustedes instauran esa costumbre, vas a ver que ellos sabrán respetarla. Y si no…, ¡hay que buscar alternativas! Como con ese primer novio al que te le animabas en cualquier lado y con el que “inauguraste” todos los ambientes de tu casa (¡y del edificio!). Desautomatizá los espacios; el baño, la cocina y el living pueden ser opciones muy válidas, obviamente tomando los recaudos necesarios. Y atenti, porque el telo no es solo para los amantes. No dejes de pensarlo como opción.

CUANDO LA FALTA DE ESPACIO ES MENTAL

Lo sabemos: el estrés es uno de los principales detonantes para la desconexión sexual. Cuando estás preocupada o con muchas cosas en mente, en tu cuerpo aumenta el cortisol, y esto baja la dopamina y los químicos relacionados con el placer. Es común sentirse abrumada por las obligaciones, pero la respuesta sincera es que tenemos poco tiempo para el sexo porque nos hacemos tiempo para toooodo lo demás, que es muchísimo. Pensalo. En tu intención de cumplir con todo, te acordás del sexo en los últimos cinco minutos del día y -ya en la cama- te planteás silenciosamente si da para avanzar, pero la respuesta suele ser siempre la misma: “Mmm, estoy TAN rota que prefiero dormir”.

 
Foto: Ilustración de Majox

Cuando no encontrás EL momento, el consejo es no dejar el sexo para lo último o como si fuera una obligación más al final del día. También acá la clave es estar atenta a los “huecos” de tiempo durante el día: un energizante “mañanero” apenas se despiertan o cuando los chicos se fueron al cole, o bien a la tarde, si justo lo pasaste a buscar por el trabajo y están yendo a cenar a lo de tu vieja. Hay que saber aprovechar los espacios que dejan los chicos. Siempre tenemos unos segundos para cambiar el chip; cuando ellos salen o duermen una siesta, tenés dos opciones: caer en el estrés absoluto producido por el cansancio acumulado o detectar una oportunidad. O si no…,¿por qué no proponer una tarde juntos, en lugar de una noche, para no estar tan cansados? Eso sí, la cita tiene que empezar con sexo, porque si lo dejás para cuando ya te tomaste el vinito, hablaste de los mil temas de los chicos y de los problemas económicos, tendría que ser Brad Pitt para que te den ganas.

MUNDO NIÑO

En el día a día, perdemos conexión con nuestro lado sexual, porque quedamos atrapados en los horarios de los chicos, en la materia que hay que estudiar, el horario de fútbol, en llevarlos, traerlos y bañarlos. Ni hablar de cuando hay un bebé chiquito. Ahí, el poco deseo se justifica por las hormonas: los altos niveles de prolactina inhiben el deseo sexual.

 
Foto: Ilustración de Majox

Para hacer el switch entre el clima del hogar y el sexual, en primer lugar, es necesario que los dos intenten mantener el cortejo, aun en el espacio familiar. El decirse cosas lindas, el halago porque sí o el franeleo mientras vos o él están cocinando, por ejemplo. Una vez que nos conectamos con ese costado, entonces nos volvemos psicológicamente disponibles (y vas a ver que el lugar es lo de menos). Y ojo, que el cortejo involucra todos los sentidos: el olor, el tacto, el oído -poner música suave- e incluso el gusto -servirse un trago- pueden ser buenos aliados. Aunque la llave es no dejar estos cuidados para los momentos especiales, sino adoptarlos como un hábito, para mantenerse siempre listos y abiertos a la espontaneidad.

TRES ESTRATEGIAS PARA TENER MÁS SEXO CON TU PAREJA

  • ¡Oh, sorpresa!: buscá acciones inesperadas. Por ejemplo, quedá en pasarlo a buscar por su trabajo y enfilá directo para un telo.
  • En agenda: intentá definir dos horas a la semana para hacer una actividad en pareja. Suena aburrido y monótono al principio, pero esconde un truco: si te acostumbrás a hacerlo, poco a poco te empieza a aparecer la necesidad de más, y ahí el deseo viene solo.
  • Role play: las parejas de larga data tienen ganas de seguir juntas, pero el tiempo tapa esa elección. Una idea es ir a bailar y comportarse como si estuvieran solos, bailando y seduciendo a otros, con total libertad. Por lo general, al final de la noche, todos se reeligen..

Por Ana Paula Queija