1- Francia: la cuadra más colorida
La calle Crémieux se encuentra en las cercanías de la estación de Lyon, en el este de la capital francesa. Fue abierta a mediados del siglo XIX, durante las grandes obras de transformación de la ciudad impulsadas por Napoleón III. Como el pasaje porteño de la Boca, es corto y colorido. A lo largo de una cuadra y media, las fachadas de sus casas -todas muy parecidas- han sido pintadas con distintos tonos y decoradas con frescos en trompe-l-oeil. También es una de las arterias más armoniosas de París y, como aún no fue descubierta por el turismo masivo, conserva un ambiente de barrio. Al lado de la puerta del n°8, una placa recuerda que durante la gran crecida del Sena de 1910 el agua tapó la calle y llegó a 1,75 metros de altura.
2- Estados Unidos: pendientes y curvas en Frisco
La calle más empinada del mundo se encuentra en Dunedin, en el sur de Nueva Zelanda. Pero es en San Francisco donde las pendientes se han convertido en atracciones turísticas, sobre todo los tramos de las calles Lombard y Filbert, en el barrio de Russian Hill. La primera ostenta además el título de “calle más sinuosa del mundo”, a lo largo de la cuadra entre Hyde y Leavenworth. El rito es bajarla y subirla a pie primero, para verla desde sus dos extremos, y luego bajarla nuevamente en auto. La pendiente es atenuada por las curvas y contracurvas, a diferencia de la vecina calle Filbert, que alcanza una pendiente mayor a los 30° entre las mismas Hyde y Leavenworth.
3- Escocia: la de una sola dirección
Parece una fantasía como las hay en las historias de Harry Potter: la calle más corta del mundo -tal como lo autentificó el Guiness de los Récords- tiene sólo dos metros y medio de largo. Es en realidad el espacio que ocupa una sola casa entre dos calles. Es un edificio de piedra con un techo erizado de grandes chimeneas. Como Hogwarts, esta calle se encuentra en Escocia, en el puerto de Wick. Existe desde 1883 y se llama Ebenezer Place. Tiene -obviamente- una sola dirección, el n°1: la puerta de un pub.
4- Italia: una avenida con historia
5- Alemania: para pasar de costado
Buenos Aires se jacta de tener la calle más ancha del mundo. Lo contrario se encuentra en Reutlingen, cerca de Stuttgart. La Spreuerhofstrasse es oficialmente la callecita más estrecha del globo y se ha convertido en el principal atractivo para quienes visitan la ciudad. En su punto más angosto apenas pasa una persona, y con razón porque mide apenas 31 centímetros. Aunque tenga el título de Engste Strasse der Welt (calle más estrecha del mundo), tiene más bien el aspecto de un pasadizo entre edificios. Existe desde 1727, cuando el barrio fue reconstruido luego de un gran incendio. En Gassin (sur de Francia) hay un pasaje público más reducido aún: tiene sólo 29 centímetros de ancho, pero no figura en los registros oficiales como calle. Al lado de esas dos la Mårten Trotzigs Gränd, en el centro histórico de Estocolmo, es tan espaciosa como una avenida: tiene 90 centímetros de ancho.