Una débil cosecha de la Argentina, uno de los proveedores de granos más grandes del mundo, pondría mucha presión sobre los precios globales de los alimentos y sería una muy mala noticia para el presidente Mauricio Macri, quien necesita de las retenciones a la soja para ajustar el déficit fiscal de 7% del PBI que dejó el gobierno anterior.
Numerosos agricultores detuvieron las cosechadoras en gran parte del cordón pampeano, a la espera de que los suelos se sequen lo suficiente para soportar sus 30 toneladas de peso. El sol salió por primera vez en días este miércoles, pero se esperan lluvias más livianas la semana que viene y un clima sostenidamente seco a partir del mes que viene.
“A esta altura de la campaña, generalmente tenemos el 40 por ciento de la cosecha de soja completa. Hoy, solo el 10 por ciento fue recolectado. El retraso en la cosecha es el peor en 10 años”, dijo a Reuters Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la consultora Applied Climatology.
“Agricultores de soja en aproximadamente la mitad del principal cordón agropecuario no van a poder cosechar hasta la primera semana de mayo”, agregó.
Difícil estimar las pérdidas
La mayoría de los pronósticos ubican a la cosecha de soja de Argentina 2015/16 -que concluye en julio-, en unas 60 millones de toneladas. Pero el Gobierno dijo que ya se perdieron 3,3 millones de toneladas de granos y se espera que la Bolsa de Granos de Buenos Aires reduzca su pronóstico el jueves.
Las áreas más golpeadas incluyen el norte de Buenos Aires, el sur de Córdoba, el centro de Santa Fe y la mayor parte de la provincia de Entre Ríos. Regiones más secas están reportando mejores retornos, que podrían ayudar a recortar la caída en la producción.
“Detuvimos la cosecha hace 20 días por el mal clima, no por inundaciones, pero por demasiada humedad. Empezamos a cosechar nuevamente ayer y continuaremos hoy. Los rendimientos parecen buenos”, dijo Santiago del Solar, quien administra miles de hectáreas en la ciudad de Trenque-Lauquen, al oeste de la provincia del Buenos Aires.
Pero el daño es extremo en las áreas más golpeadas, indicó Anthony Deane, director de la consultora Weather Wise Argentina. “El agua te llega hasta las rodillas y tiene corriente que se dirige al río Paraná”, dijo.
“Desde mayo vamos a tener mucha menos lluvias. Entre ahora y entonces nadie sabe cuánta soja se va a perder porque el daño de las inundaciones es diferente en cada área”, agregó Deane.