El juez Sergio Moro, que lleva el caso, sentenció a Dirceu, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Lula, a 23 años y tres meses de prisión por “corrupción, lavado de dinero y asociación para delinquir”.
El ex guerrillero y ex jefe de gabinete de Lula, de 70 años, ya había sido condenado en 2012 a más de 11 años de cárcel por el sonado caso de compra de votos de legisladores en el primer gobierno Lula, entre 2003 y 2005. Al destaparse el escándalo en 2005, Dirceu se vio forzado a dimitir.
Lula fue señalado de orquestar este vasto sistema de pago de sobornos conocido como Mensalao, pero nunca fue investigado y consiguió ser reelegido hasta 2010.
Además de Dirceu, la Justicia condenó este miércoles al ex tesorero del PT Joao Vaccari Neto a 9 años de prisión por corrupción. Tanto Dirceu como Vaccari están detenidos en una prisión en Paraná (sur de Brasil).
Un ex director de Petrobras, Renato Duque, fue condenado por su parte a 10 años de prisión por corrupción, y un ex directivo de la empresa constructora Engevix, a 15 años por corrupción y blanqueo de dinero. Los dos ya estaban en prisión.
Lanzada en 2014, la investigación apodada Lava Jato (‘lavadero de autos’) reveló una compleja trama de desvíos que defraudó a Petrobras durante una década, a un costo de más de 2.000 millones de dólares, para beneficiar a decenas de políticos y sus partidos, empresarios y funcionarios de la petrolera.
Este escándalo sin precedentes agravó aún más la crisis política que derivó el 12 de mayo en la suspensión por hasta 180 días de la presidenta Dilma Rousseff, mientras es sometida a un juicio político que decidirá si es culpable de maquillar las cuentas públicas. Hasta ahora Rousseff no es blanco de ninguna acusación de corrupción.
El fiscal general Rodrigo Janot pidió, a principios de mayo, a la Corte Suprema, permiso para investigar a Rousseff, al ex presidente Lula y al entonces abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, informó la prensa brasileña.
Janot considera que los tres intentaron obstruir la investigación de Lava Jato mediante la designación de Lula como ministro, un plan para nombrar a un juez de apelaciones con la meta de liberar a presidentes de constructoras presos y la tentativa de impedir la confesión a la Justicia de Delcidio Amaral, ex líder del PT en el Senado e involucrado también en el escándalo.