En los términos futbolísticos a los que le gusta recurrir habitualmente el Presidente, se podría decir que en la negociación con los estatales nacionales por el bono de fin de año el Gobierno “hace tiempo”. Sucede que, aunque la decisión política de pagarlo ya está tomada e incluso estaba previsto que se oficializara esta semana para calmar a los gremios, la instrucción del Presidente de minimizar los cortocircuitos con las provincias que no pueden hacer frente al plus para sus empleados públicos, obligó a rever los planes. Por eso, el anuncio quedó en suspenso mientras el ministro de Modernización Andrés Ibarra avanza en la segmentación y estudia la propuesta que les hará a los gremios de ATE y UPCN y el ministro del Interior Rogelio Frigerio prepara el terreno para contener a los gobernadores.
En rigor, lo que piden los mandatarios cuyas administraciones están asfixiadas económicamente no es otra cosa que fondos de Nación, que ya avisó que no iba a poder salir en su auxilio. Algo que refrendó el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay, quien recordó que el Gobierno “no se va a meter en las paritarias de ninguna provincia”. Fue una manera sutil de explicitar, una vez más, que no habrá partidas extra. “Desde el primer minuto les dijimos que no podíamos ayudarlos. Y no cambió la situación: no tenemos margen”, reiteraron ayer desde el Gobierno.
De ahí que la Casa Rosada hace sus movimientos con calma. Al cabo, los 739.097 empleados públicos nacionales representan apenas el 21% del total de la masa trabajadora estatal. La gran mayoría -un 66%- depende de las provincias: 2.277.662 trabajadores. Y el resto son municipales.
La cifra que se requiere para auxiliar a las provincias no es menor: en la Casa Rosada estiman que los distritos que no lo pueden afrontar necesitarán unos 4.000 millones de pesos. Aquí se incluyen los $600 millones que, eventualmente, demandaría un bono de mil pesos para los estatales bonaerenses.
Sin embargo, la gobernadora María Eugenia Vidal fue una de las primeras en descartar la posibilidad de un pago a sus estatales. “La provincia sigue estando quebrada. No hay más cuero para eso. Y si nosotros lo damos, también tendrían que hacerlo los intendentes y la mayor parte de los municipios están quebrados”, dijo, días atrás. La firme posición que mostró Vidal de entrada no fue casual: le sirvió al Gobierno para contener al resto de los mandatarios.
¿Cuáles son los distritos con más dificultades? Mientras hay provincias, como Corrientes, La Pampa, Misiones, Salta, San Luis, y San Juan; que ya confirmaron que otorgarán un bono; y otras -como Córdoba y Santiago del Estero- se encaminan a hacerlo; hay distritos que están muy complicados: Catamarca, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Santa Fe, Jujuy, La Rioja, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán.
Hay, también, casos intermedios, como el de Mendoza, cuyo gobernador aseguró que, sin ayuda de Nación, sólo podría dar una “pequeña ayuda para las Fiestas”. O el de Formosa, que según dicen en la Rosada “está en condiciones de darlo” y “dependerá de la voluntad del gobernador”.
¿Qué posibilidades se les dará a las provincias más complicadas? En el Gobierno admiten que se puede discutir una ayuda financiera, ya sea con ATN o dando la posibilidad de que las provincias amplíen la emisión de letras o bonos. En cambio, descartan la posibilidad de un adelanto de coparticipación. “No tiene sentido que se les dé un adelanto en octubre, para pagar algo a fin de año, cuando por ley lo tienen que devolver antes del 31 de diciembre”, precisaron. Del mismo modo, tampoco se evalúa un adelanto que quede a cuenta de 2017. “No vamos a dejar que las provincias arranquen el año con un rojo de coparticipación”, remarcaron.
¿Cuando se definirá? “La semana que viene puede haber novedades”, dijeron en Balcarce 50.
Por: Ignacio Ortelli