Apenas 25 minutos tardó Boca en liquidar a Quilmes. La razón por la que el partido duró tan poco tiene nombre y apellido: Darío Benedetto. El delantero Xeneize, que venía mostrando un nivel muy bajo, se destapó esta tarde con tres goles y una exquisita asistencia de taco. Fue 4 a 1 en la Bombonera.
Fue un partido en el que Guillermo Barros Schelotto terminó más que satisfecho por la voracidad de su equipo. Boca manejó la pelota, presionó a Quilmes para recuperarla rápidamente y fue extremadamente eficaz al llegar al arco de rival. El rendimiento de Benedetto fue superlativo.
Metió un gol de taco, sacó un terrible derechazo que se transformó en el segundo tanto, asistió a Ricardo Centurión de taco y completó una noche mágica en la Bombonera con un buen cabezazo. En 24 minutos Boca metió cuatro goles. Quilmes había logrado el empate parcial a través de los pies de Da Campo, pero la alegría duró poco. Los del Mellizo atropellaron a sus rivales.
El colombiano Sebastián Pérez debutó en Boca con un gran rendimiento y demostró que puede formar una dupla interesante con el otro Pérez, Pablo. Centurión bailó por los costados y se asoción bien. Cristian Pavón, indescifrable como siempre, lastimó por las dos bandas y completó otro gran partido. Si Guillermo quiere que su equipo pelee por el campeonato, necesita repetir más actuaciones como esta.
