El revolucionario desarrollo del ingeniero danés Jesper Frausig ha permitido la creación de Solar Bike. Una bicicleta eléctrica que, como bien indica su nombre, permite recargar su motor gracias a los paneles solares que están integrados en sus ruedas.
El creador afirma que a pesar de este curioso diseño y los problemas de orientación -en el ángulo habitual de funcionamiento de la bicicleta, la recepción no es óptima- sus celdas están «optimizadas para las sombras». Cuando la bicicleta está parada estas celdas solares van recargando la batería en forma de termo que está acoplada en uno de los tubos del cuadro, y cuando nos ponemos en movimiento esta energía permite que nuestros recorridos en bicicleta se hagan más rápido y con menos esfuerzo.
Según Frausig, la autonomía de esta batería es de 70 kilómetros y el motor alcanza velocidades máximas de 50 km/h, aunque la velocidad estándar es de 25 km/h. Estas celdas solares no sólo facilitan estos desplazamientos, sino que también hacen que las luces de la bicicleta dispongan de la autonomía necesaria.
El proyecto, de momento, no es una realidad comercial, y habrá que ver si este ingeniero acaba aprovechando el desarrollo realizado y lo puede lanzar al mercado.