A nuestros perros no solo le encantan los masajes como a nosotros, sino que además los beneficia enormemente en sentido físico y emocional. En sentido emocional se sentirán relajados, queridos y con paz interior.
En sentido físico, estos son todos sus beneficios:
*Mejora la circulación. La estimulación externa dilata los vasos sanguíneos, con lo cual la circulación mejora y la vida de tu perro se alargará, además de prevenir enfermedades cardiovasculares.
*Reduce el estrés y la ansiedad. Este es un efecto muy parecido al que los masajes tienen en nosotros, pues sentirnos en paz y relajados favorece a que el estrés y la ansiedad desaparezcan. ¿Que si puede un perro tener estrés? Sí, por muchas razones, entre ellas el aburrimiento, la falta de ejercicio y más.
*Detección de enfermedades. Hacer masajes a tu perro puede servir como un análisis continuo para detectar bultitos o cualquier otra anomalía que pueda tener, incluidos los parásitos.
*Libera oxitocina. Esta hormona conocida como la hormona de la felicidad, la liberan gracias al contacto físico, algo que los masajes lograrán de forma muy sencilla.
Reforzarás tu vínculo con tu perro. Nuestro lazo se estrechará aún más si cabe, pues estos serán momentos que tu perro disfrutará al máximo y que tú le dedicarás un tiempo especial que en otras circunstancias quizá no harías.
Ahora bien, para que los masajes cumplan con su labor deben estar bien hechos, pero ¿cómo?
Cómo y dónde dar masajes a los perros
Hay varios factores que debemos tener en cuenta antes de darle un masaje a nuestro perro:
-Hacer que se relaje. Seamos realistas, aunque a nuestro perro le encanten los masajes, raramente podremos tumbarlo y hacer que se relaje así, sin más. Por tanto deberemos empezar con preámbulos, acariciando las zonas que sabemos que más le gustan. De ese modo se relajará y antes de que nos demos cuenta, le estaremos dando su ansiado masaje.
-Empieza por el cuello. Con las yemas de tus dedos de manera muy suave acaricia su cuello con movimientos circulares. Dependiendo del tamaño del perro estos serán más o menos grandes.
-Pasa a los hombros. Después baja hacia los hombros, pues hacerlo de esta manera permitirá que el animal se relaje de forma paulatina sin darse cuenta. No aprietes, deben ser movimientos circulares y suaves.
-Patas y pecho. Esta será la siguiente zona a masajear. No le levantes las patas, más bien masajéalas de arriba hacia abajo del mismo modo que harás con el pecho.
-Espalda y patas traseras. Desliza tus dedos hacia arriba y abajo de su espalda una y otra vez, luego termina en las patas traseras.
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Escoge el momento. Debe ser un momento en el que ambos esten relajados, sin estrés y sin prisa. Este puede ser por ejemplo de noche, cuando ambos estáis en el sofá viendo la tele o simplemente descansando.
Aumenta el tiempo paulatinamente. Es posible que al principio el animal se sienta incómodo, por lo que los masajes pueden durar apenas unos segundos o pocos minutos. No lo fuerces, hazlo el tiempo que él mismo te pida, y verás cómo poco a poco se irá alargando hasta 10 minutos.
No seas terapeuta. Recuerda que no eres un profesional, por tanto, olvida los masajes intensos, deja eso a un profesional. Tus masajes deben estar limitados a la relajación del perro y también a detectar alguna anomalía que pudiera haber.
Recuerda que para masajes más profundos deberás acudir a un veterinario para que te dirija a un profesional en el tema. Querer hacer más de lo que debes podría hacer daño a tu animal y ocasionarle prejuicios.