Bebés: ventajas del movimiento libre

¿Escucharon hablar de Emmi Pikler? Fue una médica vienesa que vivió entre 1902 y 1984 y desarrolló una mirada propia respecto el desarrollo motriz de los chicos. Su propuesta pedagógica es súper amplia e interesante.

Así como hace un tiempito les hablé de las habitaciones infantiles inspiradas en Marta Montessori y algunos de los lineamientos sobre su mirada niño-céntrica hoy vamos a charlar sobre el movimiento libro de Emmi Pikler.

Pikler explica el desarrollo psicomotor depende del proceso madurativo de cada chico entonces no necesita enseñarse. Ella propone dejar al bebé moverse en completa libertad y sin intervención del adulto. Esto quiere decir que no hay que enseñarles a sentarse, pararse o caminar. Tampoco hay que colocarlos en ninguna posición a la que no hayan llegado por sí mismos. Si los dejamos libres -sin exigirles, animarlos o incentivarlos- ellos van a lograr llegar a esas posturas de forma espontánea y a su tiempo (y acá repito lo que digo siempre: ANTES NO ES MEJOR). No importa si se sientan a los 4, a los 6 o a los 10 meses. De hecho, si no los forzamos es probable que tengan una actitud más positiva e interesada para aprender.

Sostenía que “el niño que puede moverse en libertad lo hace con prudencia y seguridad y gran soltura corporal”. El adulto debe confiar en esa capacidad de los chicos y la forma de ayudarlos es ponerles ropa cómoda, dejarles espacio para que puedan moverse, y ofrecerles distintos elementos que llamen su atención distribuidos en el piso. De esta forma van a actuar según su curiosidad del momento, su ritmo y sus deseos.

Cuando son muy chiquitos Pikler dice que hay que colocarlos boca arriba (y esto aplica para cuando los cambiamos, duermen o simplemente los acostamos en el piso para que exploren el ambiente). Y de esta posición van a ir pasando solitos al resto de las posiciones. Generalmente la secuencia es así:

 
De estar boca arriba pasan a boca abajo; de reptar a gatear; de ahí a sentarse; después pasan a pararse agarrados de objetos; pararse solos y por último a caminar. 

En este gráfico también se puede ver que el orden varía respecto a lo que nos suelen decir: “primero se sienta y después gatea”.

Si uno sigue este método quedan descartadas un montón de frases que solemos escuchar: “Si la sentás aguanta re bien”, “camina de nuestra mano”, “camina de una sola mano”. Este método también permite que los chicos conozcan mejor su cuerpo y sus posibilidades, exploren el entorno y se sientan confiados con cada postura que adquieren. Como cada chicos se desarrolla a su tiempo aprenden a no ser apurados y a que se respeten sus tiempos.

Entonces -si seguimos este método-, tenemos que evitar manipular a los chicos y apurarlos. Nuestra tarea es construir un entorno adaptado y seguro para que se muevan en libertad. No es que nos desentendemos de todo. La idea es acompañarlos ya sea con la mirada, estando cerca o una caricia. Nuestra presencia les da seguridad para seguir explorando.

 
Ambiente Pikler. Fuente:www.spielraum-lebensraum.ch. 
 
Fuente:pikler-spielraum-rostock.de. 
 
Fuente: www.spielraum-ag.at/sraum.php.