Sin responder preguntas y con un mensaje conciliador que no parece acorde a la realidad de la selección, Edgardo Bauza se despidió y agradeció haber vivido “una experiencia maravillosa”. En la misma línea, el presidente de la AFA, Claudio Tapia y Marcelo Tinelli, secretario de selecciones nacionales, le agradecieron al DT.
Si bien la conferencia estaba pactada para las 19.30 comenzó minutos después de las 21 en el predio de Ezeiza. No hubo explicaciones dirigenciales y mucho menos se habló del futuro del seleccionado. Apenas una despedida.
“Quiero agradecer la posibilidad que he tenido. Antes que nada, a San Pablo. Cuando planteé la posibilidad de venir no pusieron reparo. Fue una experiencia maravillosa. Quedan cuatro partidos y Argentina va a clasificar al Mundial”, arrancó el Patón, con tono suave, sin lugar a dobles interpretaciones.
Y así continuó, con un apartado especial para los jugadores: “Quiero agradecerle al presidente (Claudio Tapia) porque ha sido muy franco conmigo y a Marcelo (Tinelli) alguien muy cercano… Y no me quiero olvidar de los jugadores: les quiero agradecer a ellos que son los mayores responsables de este camino. Y muchos no se dan cuenta de lo que dan. Es a los que más les agradezco, se han brindado siempre. Muchos no valoran el sacrificio que hacen los jugadores del seleccionado argentino. Han sido ocho meses muy buenos. A mí me dejan muy contento y estoy seguro de que Argentina va a llegar a jugar el Mundial”.Después, llegó el turno de Tinelli, quien elogió a Bauza y agradeció su trabajo en el seleccionado; y finalmente habló Tapia que cerró la charla en la misma línea. “Sólo tengo palabras de agradecimientos para el Patón”, resumió Chiqui.
De esta manera, finaliza el corto y turbulento ciclo de Edgardo Bauza al frente de la Selección. El Patón nunca pudo encontrarle la vuelta al equipo, ni siquiera pudo imprimirle su sello ni generar un estilo propio. Ese combo dejó al equipo en repechaje y aceleró su salida.
Pese a esta conferencia de prensa que intentó ser una despedida prolija, los últimos días del Patón fueron tan hablados y dispersos como su llegada. Fueron apenas ocho meses: ocho partidos, de los cuales Argentina ganó tres, empató dos y perdió tres.
