La sorpresa inundó las tribunas de Wimbledon cuando Novak Djokovic abandonó por lesión en el codo derecho cuando perdía frente a Tomas Berdych el choque por cuartos de final por 7-6 (7-2) y 2-0 a favor del checo.
El ex número uno y triple campeón sobre la hierba de Londres (2011, 2014 y 2015) se despidió así de la posibilidad de volver a mirar a todos desde arriba del ránking, lo que habría conseguido si hubiera ganado el título. Dicha posibilidad se le abrió por la también sorpresiva caída de Andy Murray frente a Sam Querrey por 3-6, 6-4, 6-7 (4), 6-1 y 6-1, en dos horas y 42 minutos.
“Es mi codo. Me molesta desde hace un año y medio. Es una pena tener que terminar Wimbledon así. Comencé a sentirlo al principio del torneo, pero el dolor continuó aumentando y hoy fue lo peor”, explicó Djokovic al término del choque. Y siguió: “Lo intenté todo para jugar en buenas condiciones”. “Los tratamientos no funcionaron. Ahora voy a tener que tomar un tiempo y ver qué se puede. Creo que una pausa es una idea a considerar”, afirmó el número cuatro del mundo, que no abandonaba en un Grand Slam desde el Abierto de Australia de 2009.
Ahora Berdych, décimo quinto del ránking, chocará el viernes en semifinales con el suizo Roger Federer, quien venció en sets corridos al canadiense Milos Raonic por 6-4, 6-2 y 7-6. Es la tercera vez en su carrera que el checo llega a las semifinales de Wimbledon, después de 2010 y 2016. Será, además, su séptima semifinal de un Grand Slam.
Djokovic llegó al duelo con Berdych con molestias en su brazo hábil, el derecho, lo que le impedía realizar con comodidad la mayoría de los golpes. Pese a que no había perdido ningún set en las cuatro primeras rondas del certamen, el serbio sí tuvo que ser atendido por el médico durante su partido del martes de octavos ante el francés Adrian Mannarino y el último miércoles solicitó atención médica tras perder el primer set.
No está siendo un buen año para el serbio, donde no pudo pasar de la actual instancia en los Grand Slam. En enero cayó en la segunda ronda de Australia frente al entonces 117° del mundo, el uzbeko Denis Istomin, que lo venció 7-6 (10-8), 5-7, 2-6, 7-6 (7-5) y 6-4 en cuatro horas y 48 minutos. Después llegaría Roland Garros, donde el austríaco Dominic Thiem lo barrió en cuartos con un contundente 7-6 (7-5), 6-3 y 6-0 en tan sólo 2 horas y 15 minutos, a la vista de su flamante entrenador Andre Agassi.
Es tan malo el 2017 del serbio que tan sólo obtuvo dos títulos. El primer torneo del año en Doha y el Eastbourne, previo a Wimbledon. Esa victoria en el pasto presagiaba un buen torneo hasta que la lesión en el hombro le quitó el sueño del ránking y de un nuevo Grand Slam.
