El presidente Barack Obama viajó a Dallas junto a su esposa Michelle para participar en los funerales de los cinco policías muertos a manos de un francotirador.
“Frente a esta violencia, nos preguntamos si alguna vez superaremos la división de razas”, declaró el mandatario durante el memorial. Y aseguró: “No estamos tan divididos como parece”.
El discurso de Obama, quien también está acompañado por el vicepresidente Joe Biden y el ex presidente George W. Bush, servirá como muestra de liderazgo en el ocaso de su presidencia.
El sábado, mientras el país se recuperaba del ataque del francotirador, Obama sonó excesivamente optimista. “Creo firmemente que Estados Unidos no está tan dividido como algunos han sugerido”, dijo en una rueda de prensa durante la cumbre de la OTAN en Varsovia. “Hay tristeza, hay rabia, hay confusión… pero hay unidad”, agregó.
Estados Unidos está ya muy familiarizado con la violencia armada, pero ahora se encuentra ante un nuevo precipicio. De Charleston a Orlando y Dallas, este año ha habido varias matanzas motivadas por el odio racial o a las minorías. Las masacres provocaron repudio generalizado, pero no así un objetivo común, ya que el control de armas sigue siendo un asunto esquivo en el Congreso estadounidense.
“El presidente reconoce que no sólo son personas de Dallas las que están afligidas, es gente de todo el país la que está preocupada por la violencia que tantos estadounidenses han presenciado en la última semana”, dijo el lunes Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca.