La manera como el autismo afecta de manera distinta a hembras y varones se ha convertido en un tema de gran debate en el área y podría llevar a nuevas técnicas para diagnosticar y tratar la dolencia. Entender bien cómo el autismo se presenta de manera distinta entre los géneros es de gran importancia, dice Kevin Pelphrey, un investigador experto en la enfermedad en la Universidad George Washington. “El autismo al parecer no es lo mismo en niños que en niñas”, comentó.
Las causas del autismo son desconocidas pero hay ciertas mutaciones genéticas que al parecer desempeñan un papel, además de circunstancias externas, como las de nacer de padres avanzados de edad o haber nacido prematuro.
Los escaneos del cerebro parecen apuntar hacia otras razones por las cuales hay niñas con autismo que casi no presentan síntomas, manifestó Pelphrey.
“Lo sorprendente que hemos descubierto es que incluso en niñas que claramente tienen autismo” las regiones del cerebro involucradas en conductas sociales, usualmente atrofiadas cuando existe la enfermedad, aparecen menos afectadas, dijo Pelphrey.
Estudios recientes sobre genes vinculados al autismo han hallado otras diferencias en la manera como la enfermedad afecta a los dos géneros.
Hay niñas que tienen la misma mutación genética que causa el autismo en los niños “pero necesitan el doble de mutaciones para que la enfermedad se manifieste”, señaló Joseph Buxbaum, director de un centro de tratamiento de autismo en el colegio de medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York.
Buxbaum es uno de varios científicos que están tratando de hallar la causa por la cual algunas niñas con la desviación genética causante del autismo viven sin manifestar síntomas, calculando que sus genes podrían contener alguna proteína u otra sustancia biológica que podría sacarse y convertirse en medicamento o terapia para tratar o incluso prevenir el autismo. A todas luces falta mucho para que ello ocurra, pero Pelphrey dijo que la posibilidad ha sembrado gran esperanza entre los expertos.
No hay actualmente una prueba de sangre que indique autismo. El diagnóstico se hace en base a la observación de la conducta y hay expertos que opinan que hay que tomar en cuenta las diferencias entre chicos y chicas para hacer una evaluación correcta.
Se recomienda que todos los bebés entre los 18 meses y los 2 años sean sometidos a pruebas de autismo. Pero las pruebas usualmente se elaboran tomando en cuenta información de niños autistas, dijo Rachel Loftin, directora de un centro de tratamiento para autistas en el Rush University Medical Center de Chicago.
Un cuestionario para los padres que se suele usar se enfoca en conductas más comunes en niños que en niñas. Entre otros puntos, pregunta: ¿ juega a vivir en una realidad alterna, mira directamente a los ojos, ansía ser elogiado y muestra interés en otros chicos?. Las niñas con autismo, especialmente en casos leves, no suelen tener problema en esas áreas. Suelen jugar a situaciones fantasiosas con sus juguetes más que los niños, en lugar de ordenarlos por forma o tamaño. Loftin dijo que además es más común que las niñas muestren empatía hacia otras personas.