El deterioro de poder adquisitivo para la economía doméstica que significó el aumento de tarifas de servicios públicos dejó en un segundo plano una realidad aún más dura y que tarde o temprano se deberá asumir: el retraso del precio que los argentinos pagan por insumos básicos como elgas o la electricidad.
En el caso del gas natural, el Gobierno decidió aplicar un tope del 400% de lo facturado en el mismo bimestre del año pasado para la categoría residencial, y de 500% para las Pyme comerciales e industriales, aún cuando este año los respectivos consumos hayan sido superiores a los de 2015. Es decir, que como máximo habrá que multiplicar por cinco o seis, respectivamente, la cuenta a pagar por el servicio de red.
Este tarifazo, que generó un genuino malestar entre los usuarios por el impacto en los presupuestos de las familias, no alcanza, sin embargo, a compensar el desequilibrio de precios que tiene la Argentina respecto de otros países de la región, agravado por el hecho de que nuestro país recayó en 2011 en un déficit de gas, el insumo central de su matriz energética, debido a que consume más que lo que produce.
Un informe del CERES (Centro de Estudios de la Regulación Económica de los Servicios Públicos) de la Universidad de Belgrano tomó como base de comparación la tarifa de la distribuidora Metrogas para sus clientes de la ciudad de Buenos Aires actualizada a abril y determinó que unusuario residencial paga entre 21,63 y 43,69 centavos de dólar por metro cúbico de gas, cuando en Brasil el cargo oscila entre 1,24 y 1,25 dólares, es decir, entre tres y seis veces más.
El CERES indicó que en Uruguay se paga entre 1,12 y 1,49 dólares por metro cúbico, según el nivel de consumo, mientras que en Chile el rango va de 0,74 a 1,14 dólar. Sólo grandes productores y exportadores, como Bolivia y Venezuela, pueden exhibir precios inferiores a los de la Argentina.
“Para consumos anuales de 1.000 m3, la diferencia con el promedio regional alcanza los niveles más altos, representando el 32%. De esta forma, se desprende que un usuario residente en la CABA abona una tarifa 3,5 veces menor que en Chile; 5,5 veces menor que en Uruguay, y cerca de 6 veces menor que en Brasil“, agregó. “Al comparar las nuevas tarifas locales con las verificadas en la región, vemos que la Argentina y Venezuela aún mantienen las tarifas más bajas para el servicio de gas natural por red”.
Esta diferencia en la tarifa del gas explica el costo fiscal de las medidas anunciadas por el Gobierno, que fue calculado por el Ministerio de Energía en 11.800 millones de pesos este año, distribuidos en $8.900 millones para residenciales y $2.900 para pequeñas y medianas empresas.
“No dimos marcha atrás sino que hemos puesto un tope de aumento para este año”, remarcó el ministro de Energía Juan José Aranguren, quien ratificó la vigencia hasta fin de año del cuadro tarifario dispuesto mediante la Resolución 99/2016. Lasnuevas facturas informarán el monto real del consumo, aunque se pagará en función de los topes dispuestos. El Ministerio de Energía resolvió además la convocatoria aaudiencia pública en octubre, para avanzar en la revisión tarifaria integral para el servicio del gas.
COMERCIOS E INDUSTRIAS
Para usuarios comerciales, la tarifa promedio regional es cerca de 2,5 veces la que se verifica en la Argentina. El estudio del CERES señala que “con Uruguay se registra la mayor diferencia, siendo 5 a 1 la relación entre usuarios de ambos países”.
En cuanto a la provisión del fluido a industrias, la brecha de valores locales e internacionales se profundiza. “El promedio regional representa 20 veces la tarifa de gas que abona una industria radicada en la ciudad de Buenos Aires, aproximadamente la misma relación que se da con respecto a Brasil (San Pablo), nuestro principal socio comercial”, añade el informe elaborado por los licenciados Alejandro Einstoss Tinto y Alejandro Sicra del CERES.