Prueban con éxito in vitro una alternativa no tóxica a la quimioterapia en cáncer
La Universidad de Salamanca (USAL) utilizó nanocápsulas inteligentes capaces de reconocer y aplicar directamente el fármaco a las células tumorales, lo que reduciría los efectos secundarios.
Una alternativa no tóxica a la quimioterapia para el tratamiento de cáncer -que consiste en el uso de nanocápsulas inteligentes capaces de reconocer y aplicar directamente el fármaco a las células tumorales, lo que reduciría los efectos secundarios- fue probada con éxito in vitro por científicos de la Universidad de Salamanca (USAL), informaron hoy desde esa casa de altos estudios española.
El desarrollo, que según informó la universidad se trata de “un avance sin precedentes” en el camino de buscar opciones a la quimio, consistiría en “un aerosol que funcione como un inhalador convencional e incluya un vehículo inteligente (la nanocápsula) capaz de reconocer únicamente las células tumorales, minimice los efectos tóxicos y no genere ninguna reacción adversa en contacto con el tejido pulmonar”.
La ingeniera química Eva Martín del Valle, responsable de la investigación, explicó que el objetivo es “disminuir la cantidad de fármaco empleado para que llegue de forma específica” lo que “reducirá la toxicidad y aumentará la eficacia”.
“Las células tumorales tienen una fotografía distinta (de las sanas), esa diferencia es lo que aprovechamos y, al final, el anticuerpo entra como una llave en una cerradura”, describió la científica para simplificar el proceso que consiste en que las nanopartículas “reconocen” a las células tumorales por la “sobre expresión de proteínas” y una vez identificadas aplicarían sólo en ellas el fármaco.
Otra ventaja de esta terapia es que se aplicaría como un aerosol que funciona como un inhalador convencional: “Lo que tratamos es de abolir la dependencia del paciente que está dos horas sometido a tratamiento en una sala mientras le están suministrando la quimioterapia”, sostuvo Martín del Valle.
La científica detalló que en dos años, “o quizá menos”, puedan a empezar a realizarse los ensayos “in vivo” en ratones.
“Siempre hay un salto tremendamente grande entre los ensayos in vitro, que son en dos dimensiones, en una lámina plana, frente a la experimentación in vivo. No hay nada en medio. Y, ahí, es donde estamos, tratando de desarrollar tumores en tres dimensiones, ver cómo crecen y validar lo que estamos desarrollando”, sostuvo.
Para ello, el equipo de investigación se encuentra utilizando impresoras 3D y diseñando unos compartimentos que permiten la adaptación y el crecimiento de las células tumorales.
“Esto nos va a permitir que el diseño en animales sea muy reducido, que vayamos sobre seguro, que no tengamos que utilizar muchos grupos de ratones para contrastar el potencial tratamiento antes de pasar a las etapas clínicas”, concluyó la catedrática.