La oficialista Unión Cristianodemócrata (CDU), que lidera la canciller Angela Merkel, descartó hoy un acuerdo con la ultraderechista y antiinmigración Alternativa por Alemania (AfD), que logró un destacado triunfo en las elecciones regionales de ayer, al tiempo que ratificó su política con los refugiados pese a ser mencionado como el aspecto central de la derrota electoral.
“Si se observan los contenidos programáticos, no puede haber una cooperación entre la Unión y la AfD”, dijo el secretario General de la CDU, Peter Tauber, a la Segunda Cadena de la Televisión Alemana (ZDF).
“La AfD acepta que gran parte de sus dirigentes se sientan en casa completamente a la derecha y que usen un lenguaje que no es propio de demócratas”, agregó Tauber.
Para Tauber, la “C” en la sigla de la CDU -que recuerda las raíces cristianas de la agrupación- implica que hay un límite en cuanto a cooperaciones hacia la derecha.
Con eso, Tauber reaccionó a un mensaje en Twitter de un diputado regional de la CDU en el estado federado de Sajonia Anhalt, Sebastian Fischer, quien criticó que se descartase de forma general la posibilidad de una coalición con la AfD.
La AfD es, desde sus orígenes, un partido “anti-Merkel” que surgió del rechazo a la política de rescate del euro -que la canciller calificaba como “sin alternativa”- y luego escogió como base electoral clave el rechazo al manejo de la crisis de los refugiados.
En ese proceso, varios fundadores del partido, de origen liberal, dejaron la formación.
En una lucha de poder, el ala derecha del partido, liderada por Frauke Petri, derrotó al ala liberal que representaban Bernhard Lücke y Hans-Olaf Henkel, quienes actualmente describen a AfD como una formación ultraderechista.
En Sajonia-Anhalt, la AfD logró un gran éxito electoral en las regionales de ayer al obtener más del 20% de los votos y también logró ingresar en los parlamentos regionales de Baden-Württenberg, con el 15,1 %, y Renania Palatinado, con el 12,6%.
Otro sector que levantó una voz de alerta fue el que nuclea a la industria alemana, que se mostró preocupada por el éxito electoral de AfD y advirtió de que esto podría asustar a los inversores.
“No se descarta en absoluto que en parte el elevado ascenso de partidos como AfD (…) asuste a los inversores”, advirtió el presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Ulrich Grillo.
Esas derrotas fueron analizadas por la Unión Socialcristiana (CSU) como una clara consecuencia de la política de refugiados de Merkel.
“La razón central es la política refugiados. No tiene sentido disimularlo”, dijo el presidente de la CSU y primer ministro bávaro, Horst Seehofer, durante un acto de su partido, considerado como el ala bávara de la CDU, la formación de Merkel.
Sin embargo, el ser preguntado si Merkel seguía siendo la canciller adecuada, Seehofer respondió afirmativamente, informó la agencia de noticias EFE.
Según el político bávaro, el principal crítico de la política de refugiados de Merkel dentro de las filas conservadoras, los resultados y la entrada de AfD en los tres estados federados donde se celebraron elecciones, exigen un cambio de curso.
“Debemos decirle al pueblo que hemos entendido y sacaremos consecuencias de los resultados. No puede ser que después de un resultado así la respuesta sea que todo seguirá igual”, dijo Seehofer.
Sin embargo, pese a la derrota y a las opiniones de sus socios, el Gobierno alemán aseguró hoy que no ve necesidad alguna de cambiar el rumbo de la política de refugiados.
“El Gobierno alemán continuará con su rumbo en política de refugiados con todas sus fuerzas tanto dentro como fuera del país”, aseguró el portavoz de la mandataria alemana, Steffen Seibert, informó la agencia de noticias DPA.
“Algunas cosas ya se han logrado, muchas otras quedan aún por hacer,” reconoció antes de explicar que “el objetivo debe ser lograr una solución europea sostenible común, que provoque en todos los países miembros (de la Unión Europea) una reducción clara de las cifras de refugiados”.
En política interior el Gobierno está a favor de “allanar el camino hacia la integración” a las personas que buscan protección en Alemania y que hayan sido acogidas, insistió.
Sin embargo, recordó que la integración sólo se puede dar en el marco del sistema de derecho alemán.
Respecto a los recientes reclamos del canciller de Austria, Werner Faymann, de que Berlín también introduzca un límite máximo de acogida de refugiados, Seibert no quiso entrar en valoraciones y se limitó a repetir que el objetivo del Gobierno alemán sigue siendo lograr una solución europea.
“Si se observan los contenidos programáticos, no puede haber una cooperación entre la Unión y la AfD”, dijo el secretario General de la CDU, Peter Tauber, a la Segunda Cadena de la Televisión Alemana (ZDF).
“La AfD acepta que gran parte de sus dirigentes se sientan en casa completamente a la derecha y que usen un lenguaje que no es propio de demócratas”, agregó Tauber.
Para Tauber, la “C” en la sigla de la CDU -que recuerda las raíces cristianas de la agrupación- implica que hay un límite en cuanto a cooperaciones hacia la derecha.
Con eso, Tauber reaccionó a un mensaje en Twitter de un diputado regional de la CDU en el estado federado de Sajonia Anhalt, Sebastian Fischer, quien criticó que se descartase de forma general la posibilidad de una coalición con la AfD.
La AfD es, desde sus orígenes, un partido “anti-Merkel” que surgió del rechazo a la política de rescate del euro -que la canciller calificaba como “sin alternativa”- y luego escogió como base electoral clave el rechazo al manejo de la crisis de los refugiados.
En ese proceso, varios fundadores del partido, de origen liberal, dejaron la formación.
En una lucha de poder, el ala derecha del partido, liderada por Frauke Petri, derrotó al ala liberal que representaban Bernhard Lücke y Hans-Olaf Henkel, quienes actualmente describen a AfD como una formación ultraderechista.
En Sajonia-Anhalt, la AfD logró un gran éxito electoral en las regionales de ayer al obtener más del 20% de los votos y también logró ingresar en los parlamentos regionales de Baden-Württenberg, con el 15,1 %, y Renania Palatinado, con el 12,6%.
Otro sector que levantó una voz de alerta fue el que nuclea a la industria alemana, que se mostró preocupada por el éxito electoral de AfD y advirtió de que esto podría asustar a los inversores.
“No se descarta en absoluto que en parte el elevado ascenso de partidos como AfD (…) asuste a los inversores”, advirtió el presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Ulrich Grillo.
Esas derrotas fueron analizadas por la Unión Socialcristiana (CSU) como una clara consecuencia de la política de refugiados de Merkel.
“La razón central es la política refugiados. No tiene sentido disimularlo”, dijo el presidente de la CSU y primer ministro bávaro, Horst Seehofer, durante un acto de su partido, considerado como el ala bávara de la CDU, la formación de Merkel.
Sin embargo, el ser preguntado si Merkel seguía siendo la canciller adecuada, Seehofer respondió afirmativamente, informó la agencia de noticias EFE.
Según el político bávaro, el principal crítico de la política de refugiados de Merkel dentro de las filas conservadoras, los resultados y la entrada de AfD en los tres estados federados donde se celebraron elecciones, exigen un cambio de curso.
“Debemos decirle al pueblo que hemos entendido y sacaremos consecuencias de los resultados. No puede ser que después de un resultado así la respuesta sea que todo seguirá igual”, dijo Seehofer.
Sin embargo, pese a la derrota y a las opiniones de sus socios, el Gobierno alemán aseguró hoy que no ve necesidad alguna de cambiar el rumbo de la política de refugiados.
“El Gobierno alemán continuará con su rumbo en política de refugiados con todas sus fuerzas tanto dentro como fuera del país”, aseguró el portavoz de la mandataria alemana, Steffen Seibert, informó la agencia de noticias DPA.
“Algunas cosas ya se han logrado, muchas otras quedan aún por hacer,” reconoció antes de explicar que “el objetivo debe ser lograr una solución europea sostenible común, que provoque en todos los países miembros (de la Unión Europea) una reducción clara de las cifras de refugiados”.
En política interior el Gobierno está a favor de “allanar el camino hacia la integración” a las personas que buscan protección en Alemania y que hayan sido acogidas, insistió.
Sin embargo, recordó que la integración sólo se puede dar en el marco del sistema de derecho alemán.
Respecto a los recientes reclamos del canciller de Austria, Werner Faymann, de que Berlín también introduzca un límite máximo de acogida de refugiados, Seibert no quiso entrar en valoraciones y se limitó a repetir que el objetivo del Gobierno alemán sigue siendo lograr una solución europea.