Un dirigible de helio considerado la mayor aeronave en el mundo voló por primera vez ayer en un breve pero histórico viaje sobre una pista aérea en el centro de Inglaterra. Con los motores rugiendo, el Airlander 10, de 92 metros de largo, se elevó lentamente en el aire desde la pista de Cardington, 73 kilómetros al norte de Londres.
Híbrido de aerostato, helicóptero y avión, puede permanecer en el aire durante días. En este caso, realizó un sobrevuelo del área observada por centenares de residentes locales –que estacionaron sus automóviles alrededor del perímetro del aeropuerto– antes de aterrizar una media hora más tarde al ponerse el sol.
El Airlander está diseñado para usar menos combustible que un avión, pero puede llevar una carga más pesada que aeronaves convencionales. Su creador, Hybrid Air Vehicles, dice que puede alcanzar 4.900 metros de altitud, viajar a hasta 148 kilómetros por hora y permanecer en el aire hasta por dos semanas.
“Es una gran innovación británica”, dijo el director ejecutivo Stephen McGlennan. “Es una combinación de una aeronave que tiene partes de un avión de alas fijas, de helicóptero y de aerostato”, detalló.
En un principio fue desarrollado para las fuerzas armadas estadounidenses, que planeaban usarlo en misiones de reconocimiento y vigilancia en Afganistán. El programa estadounidense de dirigibles fue abandonado en el 2013 y desde entonces Hybrid Air Vehicles, una pequeña firma aeronáutica británica que sueña con inaugurar una nueva era para las aeronaves, solicitó fondos de agencias gubernamentales y donantes privados.
El Airlander tiene su sede en Cardington, donde fueron construidos los primeros dirigibles británicos durante la Primera Guerra Mundial. Ese programa fue abandonado luego de un accidente en 1930 en el que murieron casi 50 personas, incluido el ministro británico de aviación. Ese y otros desastres similares –incluyendo el del Hindenburg en New Jersey en 1937, donde fallecieron 35 personas– acabaron con los sueños del aerostato como medio de transporte durante décadas. A diferencia del hidrógeno -el gas usado en el Hindenburg- el helio no es inflamable.
El vuelo de ayer se llevó a cabo después de que una prueba pautada para el domingo fuera suspendida por un problema técnico no especificado.