Astrónomos de la NASA observaron el monstruoso fenómeno que se dirige a gran velocidad por el espacio con un potencial devastador. La explicación de su curioso desplazamiento que ya había predicho Albert Einstein hace más de 100 años.
Los agujeros negros son famosos por su inconmensurable potencial. Con su presencia aparente en el centro de cada galaxia, Vía Láctea inclusive, controlan la formación de estrellas y pueden deformar todo lo que se les cruce por su camino. Por ejemplo, la noción de tiempo-espacio. Su capacidad letal, sin embargo, siempre se encuentra al resguardo de su lejanía.
Pese a la distancia que supone, un equipo de astrónomos descubrió un agujero especialmente inquietante. Lo ubicaron a 8 mil millones de años luz de la Tierra, en una galaxia denominada 3C 186, y se trata de un agujero supermasivo que se desplaza a través del espacio a 7,5 millones de kilómetros por hora. Una increíble velocidad que le permitiría llegar en menos de 3 minutos de la Tierra a la Luna.
El agujero negro supermasivo se dirige hacia la Vía Láctea, pero eso todavía no es la mayor preocupación de los científicos. Saben que faltan miles de millones de años para que tenga posibilidad de arribar. La cuestión que los desvela es cómo se produce el fenómeno de desplazamiento, si se considera que el agujero negro en estudio pesa mil millones de veces lo que el sol.
Hace más de 100 años, Albert Einstein había predicho un fenómeno semejante que involucraba ondas gravitacionales, las cuales definió como ondulaciones en el tiempo-espacio causadas por los potenciales eventos más catastróficos del universo.
Después de análisis pormenorizados, pudieron determinar su descomunal peso y velocidad a la que se dirige. A su vez, la imagen del Hubble ofreció una pista sobre el curioso desalojo del agujero negro del centro de su galaxia. Al parecer, la debilidad de la galaxia 3C 186 había llevado a fusionarse con otro sistema y, por añadidura, sus agujeros negros también se mezclaron.