El avión de American Airlines volaba de Texas a Oregon y estaba semivacío. En una de las filas de tres asientos, junto a la ventana viajaba sola una adolescente de 13 años. A su lado se sentó un hombre de 26 años que convirtió su vuelo en un vuelo de terror: la hostigó y la manoseó durante treinta minutos, hasta que una azafata intervino y los separó. Cuando el avión tocó tierra, Chad Cameron Camp quedó detenido por efectivos del FBI, acusado de abuso sexual.
Según el testimonio de la chica, el hombre insultaba y hablaba solo en voz alta. Como había espacio, una azafata le propuso cambiarse de asiento para estar más cómodo, pero él se negó. “No, gracias”, contestó. Fue entonces que comenzó el padecimiento para la menor. Primero la tocó con el hombro, luego le puso la mano en la rodilla y el muslo. Y aunque la chica trató de separarse, él se río y volvió a la carga.
Media hora después, una azafata que servía las bebidas vio a Camp con la mano en la entrepierna de la adolescente mientras ésta lloraba en silencio. Recién ahí lo obligó a pararse y lo envió al fondo del avión.
“Fue un infierno de 30 minutos para una adolescente. Abusaron de ella por 30 minutos y nadie hizo nada”, declaró a The Washington Post el abogado que representa a la familia de la menor, Brent Goodfellow. Y aseguró que demandarían “absolutamente” a la aerolínea. “Ella no quiere viajar en avión nunca más”.
American Airlines emitió un comunicado en el que aseguró que están “comprometidos a ofrecer una experiencia de viaje segura y placentera” para sus pasajeros jóvenes.
Camp no tenía antecedentes de abuso sexual.