El calvario de las chicas empezó durante una visita en la casa de su abuela, cuando tenían 3, 6 y 7 años. Un primo de ellas, que en ese momento tenía 17, aprovechó el encuentro familiar para engañarlas, amenazarlas y finalmente violarlas.
Después de muchos años las víctimas, que hoy son adolescentes, se animaron a contar lo que habían sufrido y denunciarlo. Las pericias psicológicas y médicas les dieron la razón y sin embargo, el violador está libre.
Y es un caso cerrado. ¿Por qué? El fiscal argumentó que “era muy joven cuando cometió los abusos, y ahora tiene trabajo, formó una familia y anda por el buen camino”. La descripción, ni más ni menos, que de una “buena persona”.
Miriam, la mamá de dos de las chicas que fueron abusadas y tía de la tercera, lucha desde marzo del año pasado, cuando se enteró, por que se haga justicia. Después de la confesión, las adolescentes ya no tenían más dudas: “Lo queremos preso”, dijeron.
“La causa recayó en la Fiscalía 10 de Morón. Primero nos dijeron que no podían tomar medidas porque había que esperar las pericias. Cuando todo eso se hizo, dijeron que había que hacer las pericias al violador. Luego, que el expediente pasaría a otro juzgado porque al momento de los hechos el violador tenía 17. Fue pasando el tiempo, yo iba cada dos semanas a preguntar. Hace unos días fui y me dijeron que la causa estaba cerrada y el violador absuelto”, contó Miriam en una entrevista con Diario Popular.
Tres víctimas, que siguen siendo víctimas. Hoy crecieron, pero siguen conviviendo con el miedo. No duermen, no salen a la calle. El hombre que las lastimó, en cambio, está libre.