“A Macri le dieron 100 días, a mí uno solo”

En el diálogo con el diario Clarín, Guillermo ironiza con las primeras críticas a su gestión en una larga entrevista.

-¿Qué encontraste de diferente en tu regreso al club?

-Creo que el afecto y la pasión de la gente por Boca siguen igual que antes. El club se fue aggiornando, creció profesionalmente y está a tono ante las exigencias del fútbol mundial. Creció la parte de la medicina preventiva, la nutrición, los consultorios, la sala de terapia es como en Europa. No se estancó.

-¿Y lo que lo rodea? ¿Está todo un poco más agitado?

-Está como todo en la Argentina. Con una expectativa impresionante ante cada situación y con la felicidad o la tristeza de ganar o perder en el final, como todo.

-Cuando asumió Macri se decía que había que darle tiempo… ¿Al DT de fútbol se le tiene menos paciencia?

-A Macri le dieron 100 días, a mí uno solo… (asumió miércoles 2 y dirigió jueves 3). Creo que la gente de Boca, porque uno convive y lo siente, entendió que uno aceptó la responsabilidad porque me habían elegido, no podía hacerme el distríado. Era una responsabilidad compartida. Lo ideal era tener más días para trabajar la idea, pero entendí que lo mejor era agarrar. En poco tiempo jugamos muchos partidos y no hubo margen.

Guillermo Barros Schelotto, durante la entrevista con Clarín

-Contra Racing debutaste con un 0-0, repetiste con River y el día después se hablaba de lo mal que habían jugado…¿Qué te generó eso?

-Si Boca jugó mal contra Racing, ¿qué le queda al resto? Dos grandes que juegan Copa… Fuimos superiores y ellos casi no nos llegaron. Con River fuimos a jugar después de tener poco descanso y el rival nos superó sólo 20 minutos. Boca acumulaba cansancio, malestar por lo del verano… Uno no les presta atención a los comentarios por uno o dos partidos.

-¿Dudaste en agarrar?

-No, dudar no. Recuerdo que aquel lunes estaba en mi casa y me llamó un periodista para decirme lo del Vasco y me preguntó si habían hablado conmigo. Yo no entendía nada. Después no me pareció raro que me haya llamado Angelici porque ya lo había hecho otras veces para ofrecerme el cargo.

¿Y por qué esta vez dijiste que sí?

-Antes estaba en Lanús y siempre preferí respetar lo que había hablado con Lanús, un club al que siempre le voy a estar agradecido por esos tres años y medio que pasamos. El afecto es mutuo. En mi último partido como entrenador en el club me fui ovacionado y el otro día volví y también lo hicieron.

-¿Mirabas a Boca con ojos de DT?

-A veces vas analizando a los rivales porque capaz te toca jugar con ellos. Anotás cosas, ves determinados jugadores. Pero cuando no tenés equipo, lo mirás relajado.A Boca lo había visto contra San Martín de San Juan y contra Racing. Antes no porque estaba en Italia.

-¿Y qué de lo que mirabas desde afuera entendiste al llegar?

-Nada en particular. Boca tiene buenos jugadores y por algo fue campeón en el torneo pasado. en el día a día vas conociendo al plantel.

-Yendo hacia atrás… Vos llegaste en el 97 traído por Macri y en el debut fuiste suplente con Latorre. Si te decían que, menos de 20 años después, Latorre iba a a ser comentarista de TV, vos DT de Boca y Macri el presidente de la Argentina, ¿cuál de las tres te parecía cercana?

-Ja, ninguna. Creo la más posible era que yo entrase e hiciera un gol a que se diera cualquiera de las tres situaciones. Entré por Toresani, hice el gol y le ganamos 2-1 a Newell’s.

-Con Racing debutaste como DT y no había gente. ¿Cómo fue eso?

-La única manera que nunca imaginé que iba a ser mi debut como técnico de Boca era esa.Pero después me pasó lo del recibimiento de Unión y fue muy lindo. El ruido de la gente es algo tremendo. Esperaba el afecto y fue emocionante.

-¿Distinto a tu etapa de jugador?

-Sí, porque uno hacía un gol y esperabas escuchar tu apellido. O en la época de Basile, cuando iba al banco, sabía que en algún momento la gente iba a corearme. Esto fue unánime, explosivo, inolvidable.

-¿Arriesgás parte de eso?

-Sí, puede ser. Pero también dependerá la forma en la que te vaya bien o mal. Todos estamos expuestos a que nos vaya mal, pero yo creo que lo que fui como futbolista y el reconocimiento van a ser para siempre. Crecerá o no ese afecto con lo que pueda dar como técnico, pero si las cosas no salen bien no creo que se vayan a olvidar. El primer partido me lo demostró.

Barros Schelotto, durante la entrevista con Clarín. (Foto: Maxi Failla)

-Vos fuiste elogioso y te nutriste de Griguol, Bianchi y Menotti. ¿Hoy a un jugador le podés pegar una palmada en el pecho o un cachetazo como hacía Timoteo?

-Todo fue rotando para otros lados. Fijate que Griguol te pegaba pero un día puteó a uno (Favio Fernández) y tuvo que llamar a la madre para pedirle perdón por todo lo que había salido en la televisión. Antes te puteaban y quizá lo desafiabas, te ponías cara a cara. Antes ocurría y yo me acuerdo de haber vivido situaciones parecidas y no pasó nada. Hace poco lo hizo (Nelson) Vivas y tuvo que renunciar en Quilmes. O fijate lo que pasó con una práctica acá en Boca. Di un par de indicaciones y las repitieron todo el día en la televisión.

-¿Eso es negativo o positivo?

-No lo sé, pero cambió. Para mí lo más importante es que el jugador tenga personalidad para jugar. Si lo putean o no, que eso no le cambie. Quiero que si lo putean igual agarre la pelota y vuelva a equivocarse si es necesario.

-¿Hay un Barros Schelotto hoy en el plantel de Boca?

-Hay de esos que quieren la pelota, de los que sienten hambre de salir a ganar. Lo veo… No quiero obviar a nadie, por eso no doy nombres, pero tengo de esas características.

-Hablando de Menotti, ¿hoy se puede armar un equipo con cuatro o cinco futbolistas ofensivos?

-Hay que encontrar un equilibrio siendo ofensivo. Tratar de generar el error del rival a través del juego o la presión, porque Boca es ganar y ganar. Como decía Lorenzo que era Deportivo Ganar. De una u otra manera hay que encontrar los caminos para vencer al rival.

-En Bolivia terminaste con cuatro futbolistas ofensivos. Con Unión, de local, sacaste a Carrizo y pusiste a Meli. ¿Ahí se vio lo del equilibrio?

-Ese día Carrizo se había fundido. Preferí ponerlo a Meli para intentar ganarlo. Veía que Pachi estaba cansado y preferí poner a alguien fresco para cooperar en el medio. Y Meli terminó participando del gol. Sumar delanteros no te hace meter goles, eso te lo da la intención ofensiva y la búsqueda constante.

-Cubas pasó de tener mucho protagonismo en el equipo a casi ni jugar. ¿Alguna razón en particular?

-Básicamente que Gago pasó a jugar de 5, que es donde mejor rinde. Va a jugar el mejor y va a tener que pelear el puesto con el que esté.

-¿Ya hay diagnóstico del plantel?

-No. Y eso que ya dijeron que borraba a dos o a tres, que había pedido a no sé quien. Estamos trabajando y tratando de que den el máximo para llegar lo más lejos posible con Boca. El análisis lo haré cuando termine el torneo, cuando ya habrá pasado un tiempo con los jugadores y con un tiempo prudencial para que todo se haga bien.

-Dijiste ‘conmigo va a jugar el que esté al 100%’. Tevez declaró que no estaba bien y fue titular. ¿No sale porque es muy difícil sacarlo?

-Si no sale es porque lo veo bien para ayudar al equipo. También es porque si sale vamos a tener menos profundidad y menos posibilidades en el ataque. Tampoco teníamos alternativas para variar.

-¿Qué opinás de los que dicen que Boca es Tevez más otros diez?

-Que no es así. Necesitamos un gran equipo para que figuras como Tevez u otras se destaquen.

-¿Hoy tenés los jugadores suficientes para cumplir con las exigencias de Boca? En defensa por ejemplo…

-Los marcadores centrales ya conocen bien la posición. El Cata e Insaurralde supieron jugar juntos. Los marcadores de punta se van a ir acoplando. Creo que Molina es una buena aparición y que Jara se va a asentar, como Fabra o Silva.

-En cuanto a los pibes de Inferiores, ¿tenés algún crierio para subirlos?

-No me fijo en el documento para poner un jugador, si es de Inferiores o de otro lado. Vamos a tratar de armar el mejor equipo para que a Boca le vaya bien. Me reuní con la gente de Inferiores hace poco y es lógico que el club tiene que aportar. Alguna vez salieron Gago, Tevez, Burdisso, Battaglia… Boca tiene que sacar jugadores de las Inferiores. Es cuestión de investigar y ver qué se puede conseguir de la cantera, no siempre es salir a comprar.

-Para la mayoría de los técnicos, no se puede elegir el título local o la Copa. Pero vos declaraste que la Copa es sin duda más. ¿Por qué?

-Después de haber jugado diez años en Boca sé que el jugador, el técnico, el dirigente y el hincha piensan como yo. La Copa es más que cualquier otra cosa. En los partidos, ganes, empates o pierdas, los hinchas de Boca gritan para volver a Japón… Pero hay que ser sinceros. Hace un mes se cambió de entrenador. No podemos prometer la Libertadores; sí armar lo mejor para que Boca la pelee. El torneo local está difícil. Es mucha la diferencia y quedan pocas fechas. Necesitamos que Lanús pierda tres partidos y nosotros ganar todo. Hay que intentarlo porque además se juega el pase a la Libertadores 2017.

-Siempre fuiste un buen pronosticador de la Copa. ¿Cómo la ves esta?

-Es la primera vez que hay 15 equipos que la ganaron. Muy pareja entre los seis argentinos; Corinthians y Mineiro por sobre el resto en Brasil; Atlético Nacional está bien y para Toluca es prioridad.

-Francescoli se pone contento cuando a Boca le va mal. ¿Qué le decís?

-Mientras a River le vaya mal contra Boca me alcanza.

-¿En Lanús te vestías como tu hermano para insultar al juez y responsabilizar a Gustavo si te pescaban?

-Es todo un mito.

Barros Schelotto y…

Carlos Tevez

“En Europa crecés mucho en el aspecto intelectual. El medio te exige crecer. Acá quizá la exigencia es otra, porque primero hay que jugar bien, pero a medida que los jugadores van creciendo también maduran en ese aspecto. En el caso de Carlitos se nota. Yo hablaba con él dos o tres veces por año desde que se fue de Boca. Y me junté también cuando, ya en Estados Unidos, fuimos de gira con el Columbus a Inglaterra”.

Carlos Bianchi

“Me mandó un mensaje al asumir y me dijo que la sensación de ser el técnico de Boca era la más linda del mundo. Que lo disfrutara. Nunca le pregunté por qué había vuelto en su última etapa: ya era grande para decidir qué hacer. Además, si yo hubiese sido Carlos, también hubiese regresado. No salieron las cosas y punto. Creo que el afecto de la gente por Bianchi está intacto. Quedó claro”.