El marido, Nic, sufrió un derrame cerebral hace cinco años y su movilidad había quedado reducida desde entonces. Sufría mucho dolor y eran numerosas sus visitas al hospital para tratarlo con antibióticos solo para mantenerlo vivo.
La salud de su esposa, Tree, también disminuyó lentamente con la pesada carga de tener que cuidar de su marido a tan avanzada edad. Su memoria también comenzó a deteriorarse y solo podían seguir adelante con la ayuda de vecinos, amigos y trabajadores sanitarios.
Poco a poco la pareja empezó a temer que uno de los dos muriera y que el otro se quedaría solo en un asilo, así que después del accidente cerebrovascular de Nic en 2012, la pareja firmó una petición especial de eutanasia y estudió, con la ayuda de sus hijos, las pautas para poner fin a sus vidas.
Los Países Bajos introdujeron la ley de eutanasia en el año 2000, y desde entonces más de 5.500 personas han puesto fin a sus vidas argumentando que su situación médica era desesperada y lo hacían por su propia voluntad.
Después de que un especialista diagnosticó a Tree demencia vascular, una forma progresiva y letal de demencia, las condiciones para presentar una solicitud de eutanasia se cumplieron para ambos porque aunque la mujer no estaba en una situación crítica, si podría estarlo de perder a su marido.
Una de las hijas de la pareja admitió que “pronto se hizo evidente que no podía esperar mucho más. Morir juntos era su deseo más profundo.”
Después de que varios equipos analizasen a la pareja, y determinar que todas las demandas de eutanasia de acuerdo con la ley holandesa se cumplían, se reunieron con la pareja y su familia para elegir una fecha en la que querían morir.
Se tomaron el tiempo para decir adiós a todos y preparar su funeral. Cuando estuvieron listos, “se dieron un gran beso y murieron tranquilos cogidos de la mano” tal y como cuenta su hija para Mirror.
Nic y Tree murieron el 4 de junio en su casa en la ciudad de Didam, Holanda, rodeado de sus seres queridos.