Roberto Fontanarrosa, mas conocido como “El Negro”, nació en la ciudad de Rosario, el 26 de noviembre de 1944.
Comenzó su carrera como dibujante humorístico, con una calidad, rapidez y seguridad que pocos tenían, plasmado en sus dibujos.
Entre sus personajes más conocidos están el matón Boogie El Aceitoso y el gaucho Inodoro Pereyra (con su perro Mendieta).
A la hora de escribir no dejó de lado su pasión por el fútbol, y le dedico varias obras a a este deporte. Una de ella es el cuento “19 de diciembre de 1971”, un clásico de la literatura futbolística Argentina. Hincha de Rosario Central, era un “hincha famoso” que sabía como explicar lo que sucedía en esa ciudad tan futbolera dividida por “canayas” y “leprosos”.
En los años setenta y ochenta, se lo podía encontrar tomándose un café en sus ratos libres en el bar El Cairo (esquina de calles Santa Fe y Sarmiento), sentado a la metafórica «mesa de los galanes», escenario de muchos de sus mejores cuentos. Desde los años noventa, la mesa se mudó al bar La Sede hasta la reapertura de El Cairo.
Se casó dos veces. Con su primera esposa tuvo a su único hijo, Franco. Su segunda esposa, Gabriela Mahy, lo conoció en 2002 y contrajeron matrimonio en noviembre de 2006, previo divorcio.
En 2003 se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica,3 por lo que desde 2006 utilizó frecuentemente una silla de ruedas.
Fue expositor en el III Congreso de la Lengua Española que se desarrolló en Rosario (Argentina), el 20 de noviembre de 2004. En el mismo dio la charla titulada “Sobre las malas palabras”.
Un día como hoy, pero de 2007, el Negro Fontanarrosa dejó este mundo, a los 62 años, a raíz de un paro cardiorrespiratorio una hora después de ingresar en un hospital con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda.
Uno de los mas grandes escritores de nuestro país, con ese humor tan particular y esa manera de contar las historias. Hoy a 9 años de su partida, lo seguimos recordando, contando sus historias y diciendo lo que a Él le hacía sentir mejor que ganar un premio Nobel… “Negro… nos seguimos cagando de risa con tus cuentos”