Los grandes son más grandes cuando se muestran como son: auténticos. Nadal y Djokovic no son grandes, son gigantes del tenis. O mejor dicho, del deporte. En sus primeras horas en la Villa Olímpica lo reflejaron a través de la predisposición que tuvieron con los atletas que querían conocerlos en este rincón de Barra. Y en barra se sacó Nole una foto con las chicas de la Garra. Las jugadoras del handball, por ahora de las más ruidosas y felices en Río 2016, lo metieron al número uno del tenis en la foto. Y luego siguieron. Vení, Rafa, sacate otra foto.
Los Gladiadores pisaron suelo olímpico el lunes por la noche. Pasaron un rato por sus cuartos, dejaron las valijas y caminaron hacia el comedor. Pablo Simonet, Federico Vieyra y Juampi Fernández parecían no tener hambre sino ganas de disfrutar de las primeras sensaciones de la villa. Y de pronto, también agarraron a Djokovic, otra vez con buena onda para los pedidos. Es el espíritu que destacó otro referente del deporte argentino, el Chapa Retegui: “Estos son los Juegos Olímpicos. El gran Rafa, con su bandeja, se sacó mil fotos sin chistar. Gracias, grande. ¡¡¡Grandísimo!!!”.