Yo adoro la sensación de suavidad y limpieza que queda en la piel tras realizar una exfoliación en profundidad, por eso suelo hacerme una todas las semanas… ¡Y la piel lo nota! Está mucho más luminosa y resplandeciente.
Eso sí, hay que realizarla correctamente para conseguir los efectos deseados sin agredir la piel. Aquí os dejo con cinco consejitos que espero que os resulten útiles a la hora de la exfoliación:
1-Para evitar que la piel se enrojezca o irrite más de la cuenta, debe hacerse sobre la piel humedecida, con suavidad y mediante pequeños masajes circulares. De esta forma el producto irá arrastrando las células muertas y penetrando en la piel.
2-Conviene insistir sobre las zonas más rugosas, como codos, rodillas y tobillos, para que queden tan suaves como el resto de la piel.
3-Asegúrate de que utilizas un producto adecuado. No es lo mismo una exfoliación facial que una corporal, ya que el cutis es mucho más sensible y requiere productos menos agresivos que el cuerpo.
4-Lo ideal es realizar una exfoliación facial y otra corporal una vez a la semana, aunque si tu piel tiene tendencia grasa puedes hacerla dos veces.
5-Hidrátate bien después de una exfoliación. Este paso es importante por dos razones: para calmar y para nutrir.
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