Mujeres reales. Es una frase que escuchamos mucho en Argentina. Personalmente, yo estaría bastante contenta si no vuelvo a escucharla. Porque todas somos reales -las gordas, las flacas, y todas en el medio-salvo cuando hablamos de cuerpos retocados.
Sobre esto, la doctora Jean Kilbourne -experta, autora y oradora sobre la publicidad y cultura comercial- expresó que “la obsesión por la delgadez está peor que nunca a causa de Photoshop”. Ella asegura que vemos más que 3.000 publicidades cada semana y la mayoría muestra cuerpos que literalmente no existen. Según extensos estudios científicos, esta exposición regular a las imágenes irreales tiene un impacto negativo tangible en cuanto a la imagen corporal y la autoestima. Retocar excesivamente para dar la apariencia de “perfección” juega un gran rol en las imágenes ilusorias que consumimos día tras día.
Por suerte, en los últimos años, en varias partes del mundo, vemos un creciente movimiento contra el retoque y la manipulación de los cuerpos en la publicidad. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, una ley de 2012 requiere que las fotografías expuestas en la vía pública cuenten con una leyenda que aclare si fueron retocadas. Otro caso es el de la Revista Ya del diario chileno El Mercurio, la publicación femenina más leída del país, que dejó de retocar digitalmente las fotos de sus modelos. En 2015, por su parte, la actriz Kate Winslet insistió en incluir una cláusula de no-Photoshop en su contrato con L’Oréal y la compañía de cosméticos más grande del mundo lo permitió.
Aunque el mundo de la moda no tenga prisa para dejar de alterar los cuerpos femeninos (y ¡masculinos!), el cambio está en marcha. Comparto cinco importantes marcas de indumentaria que pueden ser consideradas ejemplos para el resto de la industria.
Modcloth. La empresa estadounidense, que se fundó en 2012 online, ya está cotizada en 150 millones de dólares y sigue creciendo. Aparte de sus prendas vintage y retro, venden las prendas de sus colecciones en talles comunes y especiales, y usan modelos de diversos talles y etnias sin retoques. Sin duda, su compromiso de mostrar la autenticidad es clave en su éxito.
Bongo. En 2014, la campaña de la colección de otoño mostró a la actriz de High School Musical Vanessa Hudgens sin modificaciones digitales. Dari Marder, director de marketing de la empresa Iconix Brand Group dijo al respecto: “en esta época de filtros de Instagram y apps de Photoshop, es más importante que nunca que Bongo siga comprometida en inspirar a las chicas a sentirse cómodas en su propia piel, y estamos emocionados de poder colaborar con Vanessa para enviar ese mensaje en esta campaña.”
Torrid. Dedicada a la moda plus size, esta firma estadounidense no tiene una política estricta de no-Photoshop, pero su campaña del año pasado merece una mención. Para lanzar su colección de primavera, contó con la modelo “plus” Tess Holliday, quien, además, quería lucir sin retoques. La británica de 30 años no tiene el cuerpo típico de una modelo “plus”: es un talle 22 de Estados Unidos, tiene varios tatuajes y sus curvas no forman las de la guitarra que vemos en casi todas las modelos XL. Aún más, fue ella quien en 2012 impulsó el hashtag viral #effyourbeautystandards (a la mie*** tus estándares de belleza) desafiando las “reglas” de moda para las mujeres gordas y animando a todas vestirse tal y como quieran.
Debenhams. Esta cadena de grandes almacenes del Reino Unido probó en 2010 las aguas de no-Photoshop e hizo un compromiso de no retocar los cuerpos en sus avisos para trajes de baño. Pero no paró ahí. En 2013 fue por más y prometió dejar de usar esta herramienta en todas sus publicidades. Además, afirmó que los otros imperios de la moda tenían una “obligación moral” de hacer lo mismo.
Aerie. La marca de lencería de American Eagle anunció en 2014 su política en contra de los retoques digitales, y sigue recibiendo aplausos de las consumidoras que dicen querer ver los cuerpos de las modelos como son, no “perfectos”. La marca, además, usa el hashtag #AerieReal animando a muchísimas mujeres a compartir fotos de sí mismas sin retoques. También publicó que en 2015 experimentó un aumento del 20 por ciento en ventas y el 13 por ciento más nuevas clientas (independiente de los aumentos de apertura de nuevas sucursales). Los beneficios no muestran signos de desaceleración: ¡en el primer cuatrimestre de este año las ventas aumentaron un 26 por ciento!
Aquí en Argentina, AnyBody Argentina, una ONG internacional que lucha contra la cultura que nos enseña odiar nuestros propios cuerpos, busca marcas nacionales que tengan prácticas positivas para celebrar y premiar dentro la campaña “El talle único no el único talle”. Más allá de reconocer a marcas que ofrezcan o planifiquen fabricar un amplio rango de talles, hay reconocimiento oficial de políticas de no-Photoshop—presentes y futuros.
Una industria de moda más auténtica significa más autoaceptación y autoestima para las consumidoras y más ganancias para las marcas. Ya es hora, ¿no?
Por Sharon Haywood, escritora canadiense y directora de AnyBody Argentina, una ONG que forma parte del movimiento global Cuerpos en riesgo de extinción/Endangered Bodies, presente en las grandes capitales del mundo, y que trabaja para activar la conciencia sobre la problemática en torno a la cultura visual y el daño en la propia percepción del cuerpo.