El bebé tiene muy claro lo que espera de su madre: mucho. Pero no te asustes. Estás capacitada para dar a tu hijo todo lo que espera y más.
Qué espera tu bebé de ti
1. Alimentación a demanda
Es decir acceso ilimitado al pecho o biberón. En el útero cuando quería comer, comía. Al nacer, necesita que ocurra lo mismo porque su metabolismo aún se está regulando y cuando le llega el hambre es de verdad. Con el tiempo se irá regulando y pedirá el alimento en periodos de tiempo más o menos previsibles. Pero al principio puede ser muy imprevisible.
2. Acceso ilimitado a tus brazos
“El ser humano nace inmaduro”, recuerda la psicóloga perinatal Sara Jort, “y completa su formación neurobiológica en estrecho contacto con la madre”, afirma. Ya no está dentro del útero sino fuera, pero nos quiere casi igual de cerca que cuando estaba en el vientre. El acceso ilimitado a nuestros brazos no lo malcría ni malacostumbra, sino todo lo contrario.
3. Seguridad y protección
Sabemos que no le va a pasar nada pero él no lo puede saber, solo puede experimentarlo en su cuerpo. Cerca de mamá se siente mucho mejor: su presencia atenta y cariñosa es para él la principal garantía de protección.
4. Atención inmediata de sus necesidades
El recién nacido no puede esperar. Él no siente “un poco” de hambre, sino un hambre de muerte, ni “un poco” de sueño, sino un sueño de espanto. Y cuando necesita tu abrazo tampoco puede esperar, ¡lo quiere ya!
“En ese momento es importante atenderle al bebé con rapidez
5. Que te comuniques con él
No basta con entender sus señales y cubrir sus necesidades. El bebé tiene, desde el principio, una enorme necesidad de comunicarse. Busca la mirada de su madre, le encanta escucharla con atención y en pocas semanas parece que contesta y establece un turno de palabra. El recién nacido no está ciego y sordo, como se pensaba hace muchos años, sino que llega al mundo con los ojos y los oídos bien abiertos, ávido de comunicarse con las personas más importantes para él: papá y mamá.
Lidia García Fresneda