De seguro has escuchado o leído sobre nuestra capacidad para tener orgasmos múltiples. Somos privilegiadas en ello a diferencia de los hombres. Bien por nosotras. Lo único desalentador del asunto es que una no siempre sabe cómo llegar al clímax potente y multiplicado.
Si se supone que –como se asegura hace varios años– solo un tercio de las mujeres logramos el orgasmo ¿Cómo haríamos para obtener dos o tres o cuatro veces lo que ya de por sí se nos escurre de las manos? Como con todo lo vale la pena: con trabajo, esfuerzo e ingenio.
No pienses demasiado: Suena a cliché, pero en verdad con algunas cuestiones es mejor no pensar de más. No te condiciones a tener una relación sexual con un orgasmo múltiple, así no funciona. Eso solo te hará sentir más nerviosa o estresada. Disfruta de todo el proceso (los previos, las caricias, los besos), no pienses solamente en el fin.
Vibrador a la mano: No se llaman “consoladores”, olvida esa palabra para este amiguito. Los vibradores no alivian tus penas, te ayudan a obtener placer. Los hay de distintos tipos –clitorianos, vaginales, uterinos– y son una gran y muy buena fuente de estimulación. Por supuesto no está prohibido emplearlos con tu pareja. Anímense a usar unos juntos.
Combina técnicas: Ya seas tú misma o tu pareja quien te esté dando placer, no trabajes solo en una zona y nada más que de una forma. Esto es: pueden emplear dedos, labios y llevarlos por distintas partes del cuerpo.
Atenta con el ritmo: Al tener un orgasmo nuestro clítoris queda altamente sensible al contacto. Si intentamos manipularlo de inmediato en aras del placer múltiple lo más seguro es que duela. Espera unos segundos para recomenzar –en tanto puedes concentrarte alrededor de la vulva o en la vagina–. El segundo orgasmo vendrá más rápido que el primero porque tu clítoris estará más estimulado.
La respiración: En el momento máximo de placer, intenta respirar pausada y profundamente unas cuantas veces. Esto ayuda a relajarte y potenciar mucho más el placer que estás sintiendo. También prueba llevando la tensión que se concentra en la zona pélvica hacia la punta de tus pies y manos.
Prueba contigo misma: Antes que nadie, tú debes ser quien mejor conozca tu cuerpo ¿sabes en verdad qué te gusta y cómo te gusta? Pues averígualo masturbándote. La masturbación además de darnos placer, funciona para conocer las formas más efectivas en las cuales podemos lograr un orgasmo.