El tercer acusado por el doble crimen de las turistas mendocinas María José Coni y Marina Menegazzo, ocurrido en febrero de 2016 en Montañita, Ecuador, fue condenado a 40 años de prisión.
Así lo determinó el Tribunal de Garantías Penales de la provincia ecuatoriana de Santa Elena, que encontró responsable de los homicidios a José Luis Pérez Castro, cuyo ADN fue encontrado en la escena del crimen y también mezclado con el de uno de las víctimas.
Este viernes y luego de cuatro días de audiencias, el Tribunal se expidió en un fallo unánime, tras realizar el segundo juicio por el doble crimen.
El ahora condenado había sido detenido en noviembre de 2016, luego que los investigadores encontraran su ADN en el cuerpo de una de las jóvenes.
El acusado le había contado a los investigadores que el día del hecho fue al odontólogo y que una vez que estuvo en la casa en donde estuvieron las víctimas se sintió mal y escupió en la pared, pero salió con sangre porque le habían sacado muelas. Su coartada se cayó porque el odontólogo al que le tomaron declaración negó haberlo atendido.
A la audiencia final de este viernes habían concurrido familiares de las dos víctimas, pero tuvieron que abandonar la sala con custodia policial debido a la violenta actitud de varios allegados del acusado.
El 17 de agosto del año pasado, y por el mismo caso, la justicia de aquel país condenó también a 40 años de prisión al vigilador Alberto Segundo Mina Ponce como autor material del doble crimen y a Aurelio Eduardo “El Rojo” Rodríguez como coautor.
Los cuerpos de Marina, de 21 años, y María José, de 22, fueron encontrados en febrero de 2016, envueltos en plástico y con cinta de embalar en una zona de vegetación próxima a las playas de Montañita, a unos 200 kilómetros de Guayaquil.
Las chicas habían tenido su último contacto telefónico con sus familiares el lunes 22 de febrero y planeaban regresar a Mendoza cuatro días después.
El embajador argentino en ese país, Luis Juez remarcó que de esta manera “los tres responsables del homicidio tienen las penas más altas que registra el Estado ecuatoriano”.
“Podemos decir que se hizo justicia. Es una jurisdicción que no es nuestro país, pero tengo que sacarme el sombrero por el nivel de celeridad. Una causa como esa en Argentina no termina de sustanciarse con condena en no menos de 10 o 12 años”, apuntó.