30 años de “Signos” y el recuerdo de Soda Stereo

Un informe especial de La Viola. Zeta Bosio y Charly Alberti cuentan todos los detalles del tercer disco. Canciones que abrieron las puertas al rock latino. Participá de la encuesta.

A mediados de 1986, Soda Stereo era la banda del momento dentro del panorama del rock nacional. Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti impusieron su estilo.

Luego de Nada Personal, su segundo disco, se tomaron unas vacaciones y viajaron a Europa y a Estados Unidos. En el viejo continente vieron a bandas como The Cure, Simple Minds y Echo & The Bunnymen. “Fue muy importante y nos permitió plantear un poco cómo iba a ser nuestro siguiente trabajo. Fue una experiencia muy fuerte”, le contó Zeta a La Viola.

De regreso en Buenos Aires, comenzaron con los ensayos. Las primeras canciones nacieron en una grabadora de Gustavo. “Soy una especie de camaleón. Me siento muy raro, como en este disco. Venía con una idea totalmente distinta a lo que salió. Yo quería rock and roll, otra cosa y no me salía”, reconoció en una entrevista en enero de 1987.

 

Oscar Sayavedra, coordinador de producción del grupo, descubrió las primeras melodías de una forma curiosa. “Gustavo me hizo escuchar el primer demo en su viejo Falcon, volviendo de un show en Tigre. Noté su crecimiento como compositor y como arreglador. Letras más ‘spinetteanas’ y sonidos más vanguardistas y jugados. Recuerdo que ya estaba la canción ‘Signos’ y casi seguro que también ‘El Rito’”.

Las letras nacieron de un tirón. Cerati se despertó una madrugada y escribió gran parte del material. Isabel de Sebastián colaboró con “En Camino”. “Fui a su casa y tenía un montón de papelitos con palabras en el piso, una técnica de expresión literaria que se llama ‘cadáver exquisito’. Me llevé el cassette con la música. Me imaginé una pareja cruzando cañones y montañas y que pasaban por un túnel. Una pareja rodeada de cierta hostilidad y frialdad”, describió Isabel a La Viola.

“LA GRABACIÓN FUE UN PARTO”

Soda tenía la guita para grabarlo en el exterior. Decidieron hacerlo en Buenos Aires junto al técnico Mariano López, que trabajó en el anterior disco.

Los Soda querían reproducir el clima de los ensayos. Las canciones se grabaron de una sola toma y en una semana estaban listas. El grupo llegó al estudio con muchas pretensiones y con una idea muy clara. “El nivel de exigencia técnica fue muy fuerte y tuvimos muchos problemas técnicos que retrasaron todo”, nos contó Charly Alberti. También recordó que el estudio se transformó en su segunda casa. “Dormíamos en unas colchonetas ubicadas en la sala. En una oportunidad nos fuimos a dormir cansados. Luego me desperté, abrí los ojos y no veía nada. Me empecé a inquietar y llamé a Gustavo y Zeta. Nadie me respondía. Dije: ‘estoy muerto’. Alguien abrió la puerta, se iluminó y me quedé tranquilo”.

Sayavedra tuvo un rol fundamental dentro del proceso. “A nivel producción, fue un parto. Se venía la primera gira y no se podía viajar sin entregar el master a la compañía. Todos viajaron a Chile y yo me quedé a aprobar la tapa. Recuerdo haber llegado al tercer show en Santiago y les llevé la prueba de imprenta. Gustavo la agarró y la mostró a la multitud, realmente emocionado. Tengo la suerte de conservar aquella muestra que suena tremenda aún hoy”.

LA MARCA DE LOS INVITADOS

En “Signos” participaron varios músicos como el Zorrito Quintiero (tecladista), Celsa Mel Gowland (coros), Richard Coleman (guitarra), y una sección de vientos dirigida por el Pollo Raffo. El saxofonista Pablo Rodríguez, quien en la actualidad forma parte de Los Auténticos Decadentes, grabó en la canción “Sin Sobresaltos”. “Fue un momento muy especial. Me marcó. Era increíble la profesionalidad. En una pausa, Gustavo se quedó tocando cosas de Pink Floyd, los punteos de David Gilmour. Dijimos: ‘Éste estudió’. Era un momento que estábamos todos afilados. Estoy orgulloso de haber participado de ese trabajo”, sintetizó a La Viola.

Coleman tocó su guitarra en el tema “No existes”. “Gustavo me invitó. Recuerdo que lo grabé sin tener la tonalidad básica. Experimentábamos mucho. Después me dio las partes para hacer los riffs. En esa época él tenía su departamento lleno de equipos y empezó a usar unos samplers”, detalló el músico.

Signos representó la madurez de las melodías y en donde quedó de lado la electrónica para volver a sonidos más primitivos, con una base contundente y guitarras sofisticadas. “En los dos primeros discos estábamos buscando nuestra personalidad. Para este disco ya estábamos con giras y nos habíamos hecho internacionales. Se grabó antes de un tour, con mucha presión y con poco tiempo para resolver algunas cuestiones”, sintetizó Zeta.

SIGNOS DEL ÉXITO

El 10 de noviembre de 1986, el disco salió a la venta. El trío ya estaba de gira. Fueron días de locura que comenzó ante 6 mil personas en Bogotá, Colombia. Una suerte de sodamanía en todo el continente. Luego siguieron los shows por Colombia, Perú, Chile y Venezuela.

Los medios nacionales tuvieron críticas favorables. “Significa un cambio de timón en la carrera de Soda Stereo. Es una obra madura, excepcionalmente trabajada en el estudio, con el líder Gustavo Cerati exprimiéndose como compositor para salir de algunos terrenos conocidos”, reconoció el diario Clarín. La revista Pelo destacó el buen trabajo: “El disco obtiene un sonido sorprendente, pero más natural, acústico, melodioso y suave”.

Signos se transformó en poco tiempo en Disco de Platino por la venta de 60 mil unidades.

PRESENTACIÓN EN BUENOS AIRES

Las nuevas canciones sonaron el 8 y 9 de mayo de 1987 en Obras. El público disfrutó del repertorio. “Tenía un miedo espantoso. Hoy me resulta enternecedor pensar en cómo me equivocaba por la emoción. Una anécdota que jamás voy a olvidar fue verlo entrar al camarín a Pedro Aznar. Casi me desmayo. Yo era un pibe completamente nuevo y ahí estaba él felicitándome. Demasiado”, recordó el tecladista Daniel Sais, quien ocupó el lugar del Zorrito.

 

El siguiente paso fue volver a los aviones y comenzar el segundo gran tour. Soda se estaba transformando en una banda de peso, participando en los festivales más importantes. Era una época donde no había mucha infraestructura. “Las cosas se rompían y las arreglábamos en las habitaciones del hotel. Tengo fotos soldando un teclado roto en el piso del escenario. Hay un video donde a Gustavo se le cortó una cuerda y se quedó sin guitarra porque no había otra. No llegábamos a los 30 años y estábamos haciendo algo que se convertiría en inolvidable, aunque no lo supiésemos en ese momento”, subrayó el tecladista.

“Persiana Americana” o “Prófugos” siguen sonando en los más jóvenes. “Todos nuestros discos fueron escalones importantísimos y ‘Signos’ fue fundamental para construir la base” destacó Bosio.