La violencia en el noviazgo es uno de los temas que se aborda en las charlas enmarcadas en el proyecto Jueces en la Escuela. La propuesta surge, justamente, ante la cantidad de expedientes judiciales que tienen a los adolescentes en el centro de la escena. En la jornada del martes, se llevó a cabo una disertación en la Escuela Normal 10 de la cual participaron alumnos de tercero, cuarto y quinto año.
En lo que va de 2018, se tramitaron 4.700 causas en el Juzgado de Violencia Familiar Uno de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas. De ese total, entre 25 y 30 por ciento corresponde a jóvenes que no alcanzan la mayoría de edad.
“Son causas iniciadas por los propios adolescentes o porque las instituciones educativas, algún docente o miembro del gabinete disciplinario, la fuerza de seguridad o el propio sistema de salud detecta un situación de violencia y pone en conocimiento”, sostuvo en diálogo con El Territorio, el juez César Olmo Herrera, a lo cual agregó: “Es un alto porcentaje y es preocupante”.
“Entendemos que los adolescentes sufren en un altísimo grado diferentes problemáticas, violencia intrafamiliar, violencia escolar, adicciones; entonces necesitan conocer sus derechos”, señaló.
Medidas como restricción de acercamiento, botón antipánico o incluso solicitar asistencia interdisciplinaria del Ministerio de Desarrollo Social se tienen en cuenta dependiendo de la magnitud del caso.
Olmo Herrera confirmó que en varias oportunidades dictó restricción perimetral en el mismo curso del establecimiento educativo, generando así una modificación radical en la rutina escolar.
“La escuela tiene la obligación legal de actuar, no es una alternativa. Incluso puede tener responsabilidad penal si no lo hace. Si se demora la actuación de la escuela, pese a que tenía pleno conocimiento de lo situación, todos los daños que pudieron haber habido en el medio son responsabilidad de la escuela”, aseveró.
“Hay de todo”, deslizó el magistrado, y citó a modo de ejemplo: “Se acercan jóvenes que están enfrentados con sus progenitores, con las parejas de sus padres, o jóvenes que denuncian a sus parejas o ex parejas”.
“Tenemos mucha información brindada desde los servicios de salud público y privado. Nos envían informes completos de la persona -en este caso del adolescente- en los que se expone que puede estar atravesando una situación de violencia”.
Por Griselda Acuña