Fiel a un estilo minimalista, Steve Jobs se destacó por vestirse siempre igual en las presentaciones de los productos de Apple: jeans Levi’s azules, zapatillas New Balance grises y una polera negra de mangas largas y cuello alto.
Desde 1998 hasta 2011, su look se mantuvo durante el tiempo sin ningún mínimo cambio. Tras su muerte, el diseñador japonés Issey Miyake, creador de la famosa polera, quitó la prenda del mercado. Pero ahora volverá a estar a la venta por 270 dólares.
La prenda favorita de Jobs, la polera llamada Semi-Dull T, está hecha de 60% de poliéster y 40% de algodón. “Este modelo tiene una silueta más esbelta y los hombros más altos que la original, pero no es una reedición”, analizó el periodista de moda Troy Patterson, en un artículo especial de Bloomberg.
La relación del cofundador de Apple con la emblemática polera empezó en 1980, cuando el empresario visitó la sede central de Sony en Tokio. Allí, Jobs se enteró que los 30.000 empleados de la empresa usaban la misma ropa. Desde uno de sus principales directivos, Akio Morita, hasta las personas que trabajaban en la planta. El look se mantenía: un saco azul y blanco.
El uniforme para Sony, creado por el diseñador Miyake, cautivó a Jobs y lo inspiró para hacer lo mismo en su empresa. Fue así como el empresario le encargó un chaleco estilo futurista gris de nylon. Pero cuando llevó la prenda a las oficinas de Apple, el resultado fue de un rechazo absoluto.
El estilo de Jobs fue y sigue siendo singularmente distintivo. Entre los hombres de negocios estadounidenses, sólo John Pierpont Morgan, el modelo inmortal de un señor con bigotes del juego de mesa “Monopoly”, es un icono de la moda comparable.