Disminuye el estrés. Mantener relaciones sexuales rebaja el estrés y la ansiedad gracias a que disminuye la segregación de cortisol, considerada la hormona del estrés. Algunos estudios han comprobado que este efecto puede mantenerse en el tiempo si la práctica del sexo es frecuente.
Activa el sistema inmunitario.Las personas que practican sexo con regularidad (al menos una o dos veces por semana) aumentan sus niveles de inmunoglobulina A hasta en un tercio. La inmunoglobulina A actúa defendiendo al cuerpo de agentes extraños que pueden provocar enfermedades.
Protege el corazón. Practicar sexo beneficia a la salud cardiovascular gracias a varios mecanismos: disminuye la presión arterial, activa la circulación sanguínea y supone un ejercicio aeróbico. Además, durante la fase de excitación sexual, el organismo libera testosterona y DHEA (dehidroepiandrosterona), que actúan protegiendo protegiendo el musculo cardíaco.
Mejora el estado de ánimo. El estado de ánimo mejora al practicar sexo, gracias a la liberación de endorfinas, las conocidas como hormonas del bienestar o de la felicidad. Cuando el nivel de endorfinas es alto, la persona se siente bien anímicamente.
Protege frente al cáncer.Algunos estudios han señalado la posible protección del sexo frente a cánceres, como el de mama y el de próstata. En el cáncer de mama parece que la mayor segregación de DHEA (dehidroepiandrosterona) y oxitocina que se produce durante el orgasmo, puede proteger frente a este tumor.
Mejora la fertilidad. Las mujeres con ciclos menstruales irregulares pueden beneficiarse de mantener relaciones sexuales con frecuencia, ya que esto podría estabilizar sus ciclos, mejorando así la fertilidad. La capacidad fecundante del hombre también aumenta al eyacular 3-4 veces por semana.
Eleva la autoestima. Mantener relaciones sexuales satisfactorias mejora la autoestima, ya que la persona se siente deseada y elegida por su compañero sexual, lo que eleva la autopercepción de sí misma.
Mejora la memoria. Mantener sexo puede estimular la producción de neuronas a una edad adulta, lo que redunda en la mejora de capacidades cognitivas, como la memoria
Adelgaza. El sexo puede ser una actividad aeróbica en la que se queman calorías. Se estima que 10 minutos de sexo pueden consumir unas 50 calorías, 20 minutos, 200 calorías…
Rejuvenece. Un estudio realizado en Gales del Sur demostró que los hombres que tenían más de dos orgasmos a la semana eran más longevos, pues su riesgo de muerte era la mitad que el de aquellos que mantenían relaciones una vez al mes o menos.
Tonifica el suelo pélvico.Durante el coito y el orgasmo se ejercitan los músculos de la pelvis, lo que ayuda a una mejor tonificación del suelo pélvico. Si el suelo pélvico no se ejercita y sufre distensión, es más probable sufrir incontinencia urinaria
Actúa frente al dolor. Las hormonas que se liberan durante el acto sexual, las endorfinas y la oxitocina, son unas muy potentes armas para combatir el dolor, no solo de tipo ginecológico (como el premenstrual) sino de otra naturaleza, como el traumatológico, muscular…
Alivia la migraña. Aunque popularmente el dolor de cabeza se plantea como una excusa para no tener sexo, en realidad, el coito puede aliviar la migraña. Esto es así debido a que en la relación sexual se moviliza gran cantidad de óxido nítrico, que actúa mejorando la circulación periférica, por lo que beneficia especialmente a las migrañas de tipo vascular.
Favorece el sueño. Las relaciones sexuales mejoran la calidad del sueño, ya que distintas hormonas que se generan durante el coito, como la oxitocina y la melatonina, ayudan a dormir.
Mejora la piel. El coito puede mejorar el aspecto de la piel al actuar desde dos frentes: por un lado la piel se hidrata mejor al aumentar la secreción de agua gracias al orgasmo, y por otro, al estimular la circulación sanguínea, hay menos riesgo de piel de naranja y celulitis.