Floyd Mayweather Jr. metió la mano a su mochila y sacó un cheque por 100 millones de dólares, para que los 11.000 fanáticos presentes pudieran verlo. “Déjenme mostrarles cómo se ve un peleador de 100 millones de dólares”, alardeó. Conor McGregor lo interrumpió desde su lugar detrás del podio: “Eso va para el recaudador de impuestos”. “Estás en lo cierto. Yo soy Hacienda y te voy a gravar el trasero”, contestó Mayweather.
El invicto púgil y el campeón irlandés de la UFC lanzaron sus primeros golpes en una temporada en que abundarán los intercambios verbales antes del espectáculo pugilístico del año. Mayweather y McGregor iniciaron el martes en el Staples Center, frente a un animado público que disfrutó de la primera parada del circo en Hollywood, una gira promocional que abarcará cuatro ciudades. Ambos prometieron un nocaut, y tuvieron un prolongado duelo a gritos durante la segunda vez que posaron cara a cara. En el altercado tuvo que intervenir el presidente de la UFC, Dana White.
“Yo voy a pelear, y él a boxear”, dijo McGregor. “Se trata de dos hombres en lo más alto que competirán entre sí. Es el encuentro de dos mundos. Es motivo suficiente de por qué las cosas son así”.
Con excepción de los aficionados más ingenuos, todos se dan cuenta de que la promoción del combate podría ser mucho más interesante que el histórico duelo pactado a 154 libras el próximo 26 de agosto en Las Vegas.
McGregor y Mayweather mostraron astucia para intercambiar insultos y se vanagloriaron usando numerosas palabras soeces, lo que demostró por qué esta pelea de boxeo debe ser un espectáculo único, al menos antes del campanazo inicial.
“Él se ve bien para un peleador de siete u ocho cifras, pero yo valgo nueve”, dijo Mayweather. “Este tipo ganó tres millones de dólares en su última pelea, pero sabemos que eso es lo que gano por entrenar”.
Mayweather, de 40 años, fue seducido para salir de su más reciente retiro por la enorme paga que recibirá por este combate único. Si alguien quiere ver el pleito por TV de alta definición, tendrá que desembolsar 99,95 dólares en pago por ver, mientras que las entradas para el T-Mobile Arena van de los 500 a los 10.000 dólares… y no hay muchos asientos de 500 dólares.
En un traje sastre, en el que las franjas eran pequeñas letras que formaban un insulto, McGregor no ocultó su regocijo ante la posibilidad de obtener una enorme recompensa financiera por ver lo que pueden hacer sus pesados puños en contra de las afamadas habilidades defensivas de Mayweather durante este experimento entre dos disciplinas.
Las palabras de McGregor fueron mucho más personales que las de Mayweather, tocando temas desde los aparentes problemas fiscales del boxeador, hasta su atuendo. McGregor también se arriesgó a cruzar la raya cuando gritó: “íBaila para mí, chico. Baila para mí, hijo!” durante un intercambio con su rival.
“Está… en ropa deportiva”, se mofó McGregor mientras veía a Mayweather. “Ya ni siquiera puede pagar un traje. El Rolls en el que llegó es 2012. Lo voy a noquear en los primeros cuatro asaltos, subrayen mis palabras”.