1. Servirle el zumo en el vaso equivocado
Sí, todos los niños tienen un vaso de su color preferido o una taza especial que utilizan en cada comida del día. ¡Pobre de ti como te equivoques!
2. Ayudarle a subir la cremallera de su abrigo
O a atarle los cordones de los zapatos… ¡Ellos quieren hacerlo solos! (Y sí, tardan una media de 15 minutos por zapato).
3. Anunciarle que ha llegado la hora de salir de la bañera
¡Te cuesta una hora convencerles para que se bañen y después no hay quien los saque del agua!
4. Cortar su sándwich en triángulos en vez de en trozos cuadrados
Son niños con ideas fijas, desde luego…
5. Pelarle una banana
No importa que lo hagas con toda tu buena fe, siempre escucharás ese “¡lo estás haciendo mal!“. Y es que, al igual que ocurre con los cierres del abrigo o los zapatos, esta es una misión que quieren llevar ellos solitos a cabo.
6. Servirle la comida sin respetar espacios
En el plato cada cosa debe ir en su sitio, ¡más vale que una de las papas no roce el pescado!
7. Hablar con alguien por teléfono durante más de… dos minutos
¡Imposible! Es ley de Murphy: descuelgas el teléfono y comienza a llamarte a gritos, a preguntarte cosas, a montar una pataleta o a hacer cualquier cosa… ¿Resultado? “Perdona [inserta aquí el nombre de tu amiga], ¡tengo que colgar!”.
8. Decirle que en cinco minutos se iran a casa
Si por el fuese, acamparía en el parque junto con todos sus amigos..
9. Impedirle que presione el botón de la parada del autobús
O el del metro. Los niños siempre quieren pulsarlo y no les vale con hacerlo una vez, ¡sino diez!
10. Tirar a la basura algo que resultaba ser su tesoro más preciado
Una hoja de la calle, un papel arrugado, el tapón de alguna botella… ¡a saber!