Después de 14 años y cuatro meses la Argentina pudo concretar la salida definitiva del default de deuda más grande y prolongado de su historia, al realizar el pago a los holdouts por unos USD 9.300 millones.
La semana que viene podría realizarse el pago de los intereses atrasados de los bonos del canje, impedidos desde mediados de 2014 por una decisión del juez de Nueva York Thomas Griesa, que dio origen al default “selectivo”, que bloqueó los desembolsos a tenedores de títulos reestructurados en el exterior.
La regularización de la deuda, que estuvo precedida por la colocación de bonos en dólares por USD 16.500 millones, es el corolario de una semana trascendente en la que quedaron resueltas las necesidades de financiamiento externo del Gobierno para 2016. A la vez, promete ser el cimiento de un esquema económico con eje en las inversiones para recobrar la senda de crecimiento.
Diez expertos del mercado financiero destacaron las posibilidades que se abren a partir de ahora para que la Argentina reciba crédito e inversiones del exterior, tanto para el Gobierno nacional como para empresas privadas y gobiernos provinciales.
El efecto inmediato de este financiamiento será más fuerte en el desempeño alcista que prevén para acciones y bonos. En la economía real, en cambio, prevén en 2016 un año recesivo, mientras que el impacto favorable des los nuevos fondos, que se traducirán en obras de infraestructura y bienes de capital, será más consistente el año próximo, en el que proyectan un sensible crecimiento del PBI.
Javier González Fraga, ex presidente del BCRA, estimó que el acuerdo con los holdouts “posibilita la apertura de inversiones y de las probabilidades de compra de proyectos directos de inversión y no bonos. La inversión reemplaza al consumo como fuerza de crecimiento y por tanto, el consumo se presenta como consecuencia de la inversión”. Sobre la expansión económica, refirió que “el año va a terminar con número negativo pero el próximo va a haber un crecimiento de entre un 3 y 5 por ciento, que va a venir de la mano de un boom de inversión de argentina y del extranjero. Van a entrar más de 300 mil millones de dólares en los próximos 4 años”, muchos de estos fondos, dólares de los propios argentinos que hoy están en cajas de seguridad o el exterior. “Los argentinos deberíamos poner la plata donde queremos vivir y no afuera. El cambio no es sólo responsabilidad del Gobierno”.
Hernán Hirsch, director de FyEConsult definió como “el Alfonsonazo” a la fuerte oferta de crédito externo evidenciada por la reciente colocación de bonos encarada por el equipo de Alfonso Prat Gay “Con ofertas por USD 67.000 millones entendemos que el riesgo de iliquidez de la deuda pública se reducirá drásticamente en el corto plazo, lo cual debería traducirse en una reducción de la prima de riesgo país y una mayor demanda de activos domésticos”. En términos de inversión, Hirsch observa más potencial de corto plazo para los bonos que para las acciones: “En un escenario recesivo, es probable que esta mayor demanda de activos domésticos se canalice inicialmente hacia activos de renta fija”.
Guillermo Nielsen, ex secretario de Finanzas, indicó que “algunos inversores tienen como requisito que el país no esté en default, pero para la gran mayoría de los fondos hay que serinvestment grade. Nos falta un trecho. Siempre falta menos. En la región lo son Uruguay y Chile y me parece que Perú”. Elogió además que “la Argentina salió al mercado en la mejor semana del mercado financiero internacional en los últimos tres meses. Entonces eso fue una diferencia muy importante. Si hubiera salido dos meses antes hubiera pagado dos puntos más de tasa”.
Ariel Squeo, director de ICB Argentina, consideró “claro que el fin de default tiene un impacto positivo para el país, tanto en el corto, mediano y largo plazo. El mundo actual opera en un ‘todo’ y estar aislado financieramente impide la integración, eleva costos y traba el desarrollo potencial de una economía como la Argentina, que desde hace décadas -más bien, un siglo- opera por debajo de su verdadero potencial. Tengamos simplemente en cuenta que hemos transitado momentos donde el PIB per capita argentino osciló alrededor del 80% del que tenían los países anglosajones. Actualmente promediaremos un 40% del mismo. Los capitales se mueven muy rápido, al ritmo de una tecnología e información creciente, con lo cual si se trabaja sobre las ‘condiciones adecuadas’, Argentina puede ser un gran receptor de flujos internacionales. Más que buscar capital e inversiones, hay que darles el marco para que puedan desarrollarse y lleguen naturalmente..
Mariano Sánchez, director de la consultora KPMG, puntualizó que “la salida del default genera las condiciones para consolidar los cambios macroeconómicos y, al mismo tiempo, atraer el interés del mercado internacional de capitales ya sea para financiar el ambicioso plan de infraestructura que necesita el país como también para participar en el mercado local de capitales”. Advirtió, no obstante, que “hay riesgos presentes que es necesario desactivar como el alto déficit fiscal y la inflación, dos variables que importan y mucho en el mundo para que puedan venir a invertir capitales de riesgo de largo plazo”.
Ruben Ullúa, analista técnico de mercados financieros, aseguró que “sin lugar a dudas es una excelente noticia para el país. Si bien esto no asegura de ningún modo el éxito de la política económica argentina actual, sí es verdad que flexibilizará los condicionamientos al momento de buscar financiamiento externo, tanto por parte de Estado como por parte de las empresas locales. En lo que respecta a la reacción de los mercados, es una noticia que no sorprende a los inversores, por el contrario ya se encontraba bastante descontada en los precios. En este sentido, se debe ser cuidadoso y no debería descartarse una toma de ganancias, más allá de lo positivo de la noticia”.
Jorge Compagnucci, analista de Fénix Report, comentó: “He encontrado con mucha algarabía esta posición de salir del default, para cerrar un capítulo nefasto de nuestro país. Uno puede festejar que la Argentina retorne a los mercados mundiales, pero también significa que el país va a estar más preso de la volatilidad externa, por lo cual no sería una noticia tan satisfactoria en una visión pormenorizada”.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, subrayó que “tras el arreglo con los holdouts y la definitiva salida del default, primero llegan las inversiones financieras y luego las productivas, esa regla es así siempre. De ahí que la reposición de carteras es inminente”. Fedio apuntó que “el optimismo en la Bolsa es imposible ocultarlo. Desde hace bastante tiempo que lo venimos alentando en nuestros informes, donde priorizamos la tendencia, y hasta se podría decir, que descuidamos los ajustes, por considerarlos pasajeros, transitorio, cuando en ocasiones hasta nos empañaron el horizonte”.
Gustavo Neffa, de Research for Traders, dijo que “luego de completada la primera fase de reordenamiento de la economía, comienza la segunda con la llegada de capitales de portafolios y productivos”. Agregó que “aprovechando la salida del default selectivo, las provincias y las empresas podrán imitar al Gobierno y salir a emitir deuda a menor costo”. Según Neffa, los distritos podrían captar este año unos USD 4.000 millones, mientras que podrían ingresar otros USD 3.000 millones al ámbito privado.
Ramiro Briglia, asesor bursátil y analista de mercado, expresó que “la emisión de bonos no solo abarata la financiación del Estado nacional, si no que abarata el costo de financiación a las empresas. Ya hay sectores que estarían interesados en salir a buscar deuda: el financiero y el energético. El sector financiero no quiere desaprovechar estas tasas similares a la región, que son muy jugosas para el mercado. La energía en el país es uno de los sectores que más atrasado está y creemos que este financiamiento externo va a hacer que se acelere el proceso de inversión en la Argentina en lo que comúnmente conocemos como Vaca Muerta. Soy optimista y creo que Argentina tiene mucho potencial”.