10 cosas que hacen las parejas felices.

Acá te enumeramos una a una de ellas

  1. Sexo y amor: Amarse, respetarse y… hacer el amor. El sexo es una parte importante de las relaciones,aunque bien es verdad que muchas parejas aguantan años sin tenerlo, asumiendo un papel de compromiso sin pasión. Pero esto no es lo más adecuado y las razones son fáciles de entender. Cuando tenemos sexo con alguien repetidamente, o nos tocamos, nos besamos, nos abrazamos y en definitiva, nos mimamos, segregamos la hormona del apego, es decir, la oxitocina, que funciona como un reforzador del compromiso entre la pareja. De ahí que si no quiere algo serio con otra persona o no te quieres enamorar, tener sexo de manera continuada puede ser un auténtico peligro. Pero el sexo es bueno y sobre todo dentro de una relación de pareja.
  2. Hablar desde el respeto y reírse mucho: Hablarse bien parece fácil, pero no lo es… Y el problema es que la comunicación es fundamental para que la relación vaya bien. Un alto porcentaje de los conflictos de las parejas son por mala comunicación. Para que no se produzcan estos malentendidos, debemos escoger bien el tono con el que decimos las cosas al otro partner, saber escuchar, no interrumpir, querer entender, saber decir exactamente lo que queremos transmitir y no decir otra cosa, no utilizar las palabras para manipular, no atacar y un largo etc. La buena noticia es que todo esto, se puede entrenar. Si no sabemos lo que tenemos que hacer difícilmente lo haremos, en otro post analizaré las claves para comunicarse bien.
  3. Tener roles flexibles y horizontales: Esto es de suma importancia. Una relación son DOS PERSONAS IGUALES. Nadie está por encima de nadie. Ninguno de los dos puede dominar al otro ni dejar que le dominen. Da igual quién ponga el dinero, sea más atractivo, tenga más edad o asuma más responsabilidad en las actividades domésticas. No se puede entrar en el juego de que un partner parezca un hijo y el otro una madre o un padre. La relación debe ser adulta y horizontal, las jerarquías en temas de amor nunca fueron buenas y lo único que hacen es dañar la relación. Por supuesto, cabe mencionar que una personalidad (A) no debe absorber a la otra (B), pretendiendo que (B) haga todo lo que (A) dice, sin dejarle espacio para su individualidad y crecimiento personal. Nadie debe cambiarnos.Si se enamoran de nosotros tendrán que asumir las partes buenas y las malas. Una cosa es mejorar y otra cosa, renunciar a nuestra personalidad.
  4. Negociar: El problema de las parejas es que al final, uno y uno son dos. No son una fusión como muchos pretenden, sino que son dos individuos diferentes con sus ideas propias, sus planes de futuro, su forma de ver la vida y guión preestablecido. Lo único que les une es la intención de estar juntos y luego se van amoldando. Pero en ese proceso aparecen los roces debido a las diferencias normales que hay entre los dos miembros (quizás al principio imperceptibles a causa del enamoramiento). Las diferencias hay que limarlas pero no cambiarlas, no hay que pretender ser iguales o tener gustos similares, sino que hay que negociarlas. Como ya he dicho, nadie debe renunciar a su personalidad por otra persona, pero lo que sí se debe hacer es ver en qué cosas podemos ceder en beneficio de la relación o qué cosas son innegociables porque dañarían las bases de nuestro “yo”. Pues bien, los innegociables, eso que no estamos dispuestos a cambiar de nosotros mismos por nadie, deben ser aceptados por nuestra pareja. Si ésta no lo hace, quizás la solución sea que cada uno vaya por su lado. Pero hay que tener claro que muchas de nuestras cosas sí se deben cambiar, porque al final lo que se quiere conseguir es un futuro juntos, un bienestar y por ello hay cosas que son menos importantes que la otra persona y de las que sí podemos prescindir.
  5. Fijar límites: Límites, reglas, como lo queráis llamar. Lo importante es que los dos juguéis al mismo juego. Quién entra y quién sale de vuestro pequeño mundo es vuestra decisión como dupla. Qué cosas son prohibidas y cuáles no, es algo que debéis hablar y no dar por hecho. Porque cada uno, como dije en el punto anterior, tiene una visión diferente de lo que está bien y lo que está mal. Seguramente, si preguntáis a vuestros amigos qué es el amor, la amistad, una pareja o una relación, cada uno tendrá sus propias ideas de lo que debe ser cada cosa. Por lo tanto, es un error pensar que el otro debe hacer algo o comportarse de determinada manera porque así lo haríamos nosotros. Por lo tanto, dejar claro qué queremos y qué no estamos dispuestos a permitir puede ayudar a evitar malentendidos y peleas innecesarias.
  6. Pensar que la pareja es la primera opción:  Así de simple, ni padres, ni hijos, ni hermanos, ni amigos. La pareja es la primera opción siempre. Esto no quiere decir que tengamos que dejarlo todo por ellacada vez que nos llame o nos necesite, ni que tengamos que darle explicaciones en todo momento de lo que hacemos o dejamos de hacer, pero sí que la debemos tener en cuenta. No cuesta nada mandar un mensaje si nos vamos a retrasar, comentarle tranquilamente que hoy prefieres salir de fiesta con tus amigas o que quieres irte a correr con tu música y nada más. Que tu madre te necesita y no vas a poder quedar, o lo que sea. Pero siempre sabiendo que hay una persona ahí que se preocupa por nosotros y que tenerla en cuenta no conlleva esfuerzo y hace más bien que mal. Y claramente, defenderla de los ataque que puedan venir desde fuera. No permitir que tus amigos o tu familia la critiquen injustificadamente, ni que se metan en vuestra relación. Si estáis juntos es porque queréis, porque lo habéis decidido como adultos, por lo tanto debéis protegeros, respetaros y hacer que los demás hagan lo mismo.
  7. Respetar la intimidad: Cada uno tiene su vida y su espacio propio y eso hay que respetarlo. No podemos querer saber todo lo que hace el otro ni privarlo de su libertad. Debemos entender que hay sitios donde la pareja quiere ir sin que vayamos, esto es sano y beneficioso para el bienestar de cada miembro y por consiguiente, para el bienestar de la pareja, como veremos en el punto 9.
  8. Entrenar la empatía: Empatía es la capacidad de una persona de ponerse en el lugar del otro. Si somos capaces de sentir lo que el otro siente, de ver el mundo como él lo ve, conseguiremos entender los motivos de sus peticiones y conductas. Ser empático es cuestión de práctica. Para empezar tenemos que saber que no todo el mundo comparte nuestras ideas ni nuestra educación, que cada uno tiene una forma diferente de enfrentarse a la vida y de sentir. Algo que para ti puede ser una tontería, puede que sea realmente doloroso para tu pareja. Ponerse en su lugar hará que se fortalezcan los lazos de la relación al aumentar el apoyo y el entendimiento mutuo.
  9. Tener diferentes grupos de apoyo fuera de la pareja: Sumamente importante es tener apoyos fuera de la relación. Si una mesa tiene 3 patas y le quitas una, ésta desestabiliza. Si tiene 10 patas y le quitas una, ni siquiera consigues moverla un poquito. Ésta es la idea. Si tenéis otros grupos de apoyo, no llevaréis todos los problemas a casa, no dependeréis el uno del otro, seréis más autónomos e independientes, y lo más importante, no tendréis tanto miedo a la ruptura. ¿Y qué conlleva esto? Pues que podréis hacer caminos separados durante gran parte del día para que los compromisos de uno no hagan sentir al otro abandonado y por otro lado, no haréis cosas que os dañen sólo por mantener la relación, pues no tendréis miedo a la soledad.
  10. Hacer nuevas amistades conjuntas y conservar las amistades individuales: Tener amistades conjuntas es beneficioso porque podréis hacer actividades comunes y tendréis personas con las que compartir nuevos planes. Éstas nuevas personas no se posicionarán del lado de ninguno de los dos frente a un conflicto, y os aportarán experiencias e ideas nuevas que evitan que se caiga en la rutina, así como el impulso para no acomodarse demasiado en vuestra zona de confort. Por otro lado, conservar vuestras antiguas amistades por separado también es beneficioso. Tendréis personas con las que desconectar o acudir en caso de que las cosas se compliquen. Podréis compartir momentos divertidos con otros sin que eso signifique que no queréis a vuestra pareja. La idea es que no tenéis que estar siempre juntos. El conservarnos como individuos independientes, autónomos e iguales en derechos es importante para la salud de la relación.